- Editorial: ALIANZA
- Año de edición: 2019
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-9181-801-4
- Páginas: 392
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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La ladrona de fruta es la primera novela que se traduce después de que Peter Handke (Austria, 1942) haya obtenido el Premio Nobel de Literatura 2019. Publicada en 2017, es una obra que recoge y resume muchas de las obsesiones de Handke en torno a la escritura y la vida. Autor de una cuajada obra literaria en la que el autor ha frecuentado todos los géneros literarios (novela, relato, poesía, teatro, ensayo, diario, guiones cinematográficos), Handke se mantiene fiel a su experimentalismo y vanguardismo iniciales, que le llevó a concebir la literatura como un proceso de indagación personal alejado de los cánones tradicionales. Que nadie busque en Handke un planteamiento, nudo y desenlace. Sus novelas son continuas divagaciones en movimiento que, como en La ladrona de fruta, se apoyan en el viaje que realizan el autor y la protagonista a las tierras de la Picardía francesa.
La obra guarda parentesco con otras muchas del autor, donde el viaje se convierte en un planeamiento simbólico para hablar de la vida, aunque con la que tiene más relación es con una obra suya de 2002, La pérdida de la imagen o Por la sierra de Gredos, en la que una madre acude a España a buscar a su hija. Ahora es al revés, la hija, Alexia, tras una larga temporada en Rusia, decide regresar a su país y buscar el paradero de su madre, que al parecer se encuentra en esa zona francesa.
Pero nada de lo que sucede en la novela es reconocible, ni siquiera el paisaje. Alexia recorre paisajes, habla con gentes, asiste a un entierro, recorre la zona a la vez que se muestran diferentes reflexiones y aspectos microscópicos sobre lo que va viendo, observando y recorriendo, dando una crucial importancia a minúsculos aspectos secundarios. Es una manera de narrar objetivista, fría, que pone el acento en la mirada de las cosas, buscando ecos de ideas esenciales e inmortales.
Handke exige un lector culto que no busque agarraderos ni en el argumento, ni en los personajes, ni en los sentimientos. Troa
TROA
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