LA LUZ ENTRE LOS OCÉANOS

Protagoniza esta novela el matrimonio formado por Tom, excombatiente del ejército australiano que luchó junto a Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, e Izzy, la mujer que comparte su vida.
Tras casarse muy enamorados, se instalaron en un faro construido en una isla deshabitada de la costa sudoeste de Australia y durante varios años aguardaron con ilusión la llegada de un hijo. Después de varios abortos espontáneos, cuando ya no esperaban tener descendencia, encuentran a la orilla del faro un bote a la deriva, en cuyo interior se hallan el cadáver de un hombre y un bebé que llora desconsolado. El farero prefiere dar parte del suceso a las autoridades, pero su mujer le convence para que guarde silencio, entierre el cadáver y devuelva el bote al mar. El bebé, una niña, será inscrita como hija de ambos, para substituir al que realmente les nació, pero no logró sobrevivir al parto. Durante unos años, la quieren y cuidan como a una hija, alegría de su hogar hasta que acabe por descubrirse la verdad. La acción, ambientada en la década de 1920, narra la felicidad inicial de esta familia pero también los remordimientos del farero, sobre todo después de descubrir el origen de la criatura, cuya madre perdió a la vez a su marido, el hombre fallecido en la barca, y a su hija que pasó a manos extrañas. El relato perfila cuidadosamente las reacciones de las dos madres, la verdadera y la adoptiva y del presunto padre, al destaparse el escándalo e intervenir la justicia. Como abogada en ejercicio, la autora contrapone la frialdad de la ley al instinto maternal frustrado y la justicia a la soledad de la vida en un faro. Bien escrita, la obra, primera que publica Margot L. Stedman, muestra un tratamiento narrativo firme acompañado por unos personajes con relieve humano y excelente ambientación, a base de descripciones de paisajes sumamente expresivas. El estilo sobrio y mesurado, evita posibles excesos melodramáticos y el tratamiento argumental deslinda el bien del mal en la conducta de los personajes, aunque valore los motivos que les inducen a obrar así.

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