- Editorial: ANAGRAMA
- Año de edición: 2018
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-339-9863-7
- Páginas: 168
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Narrativas Hispánicas
- Idioma: Español
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María Gaínza, nacida en Buenos Aires, fue toda una revelación con su primera novela El nervio óptico publicada por Anagrama en 2017. Conocedora del mundo del arte, Gaínza ha trabajado durante años en varios diarios y revistas como colaboradora, así como en distintas publicaciones y cursos entorno al mundo de la pintura. No es extraño pues que el leitmotiv, tanto en la primera como en esta segunda novela de la autora, vuelva a ser el arte pictórico, adentrándose en un ambiente donde realidad y ficción se mezclan de una manera extraordinaria.
La narradora, de quien no sabemos el nombre, alter ego de la autora, habla de su experiencia profesional a las órdenes de Enriqueta Macedo, la perito autenticadora de mayor reconocimiento en la oficina de tasación del Banco Ciudad de Buenos Aires. Tras los primeros preámbulos de reconocimiento y aceptación, ambas mujeres comienzan un trato más allá de lo meramente profesional en el que la admiración de la joven por la más experimentada la lleva a secundar las actuaciones de ésta en el mundo de la falsificación de las obras de arte, sin plantearse lo inmoral de esas acciones. Tras el fallecimiento de Macedo por causas naturales, el vacío interior que se instala en la narradora le inclina a dejar la tasación, dedicarse a la aburrida tarea de la crítica de arte y finalmente a la investigación, por pura curiosidad, de la figura de La Negra, la enigmática mujer que inició a Enriqueta Macedo en los vericuetos de la falsificación durante los años sesenta del pasado siglo con las pinturas de Mariette Lydis.
María Gainza escribe con gran lucidez sobre los claroscuros que envuelven el arte cuando lo que prima es el comercio de las obras y se idolatra el dinero por encima del valor del cuadro en sí mismo. La falsificación viene a ser así visto cómo lo ético, el puro arte, un arte en sí mismo. Surge el placer de falsificar, el deseo de engañar a quien, en su torpeza en querer poner precio a lo que no lo tiene, es engañado.
La utilización de las metáforas a lo largo del texto es de una sutileza admirable y demuestran la suspicacia de la autora en captar los detalles de la ambición humana. Personajes reales y de ficción se mezclan dando credibilidad e intensidad a lo narrado, donde no faltan los ingredientes necesarios para seducir con una historia original y poco ortodoxa.
Encarnita Herraiz
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