LA MONARQUÍA EN EL SIGLO XXI

Hace unas semanas, el rey emérito solicitaba el retiro. Se “jubilaba” entonces no solo un monarca, sino la clave que hizo posible la transición española, el paso tranquilo y pacífico de la dictadura a la democracia. Jordi Canal, historiador y profesor en París, esboza en este libro una brevísima historia de la última monarquía, señala la viabilidad y legitimidad de esta forma de Estado para nuestro presente y aborda, con claridad, los desafíos a los que Felipe VI se tendrá que enfrentar.
Canal quiere responder a las críticas hacia la monarquía que en las últimas décadas se han difundido en los debates públicos. Cree que no existe oposición entre democracia y monarquía y que la corona refrendada constitucionalmente es perfectamente compatible con sistemas que reconocen la soberanía popular. Aduce, en este sentido, que los países más avanzados y con democracias más sólidas son monárquicos y que la monarquía tiene hoy un papel imprescindible en la consolidación y estabilidad política de las naciones.
Por otro lado, ofrece un repaso brillante por el reinado de Juan Carlos I y explica cómo gestionó la sucesión y maniobró con inteligencia para que la llegada de la democracia fuera posible. Reconoce que tanto la opacidad de la Casa Real como los últimos escándalos -tanto los sentimentales del anterior Jefe del Estado como los vinculados al Caso Noos y a los Duques de Palma, cuyo título fue revocado por Felipe VI- han debilitado, con razón, a la monarquía, pero, a su juicio, la llegada de este último y sus aires modernizadores pueden servir para revitalizar su papel.
El desafío de Felipe VI es conjugar tradición y modernidad. Eso sí, tendrá que hacer frente a dos obstáculos: por un lado, al populismo de izquierdas, que entiende que es incoherente mantener una institución aristocrática y antidemocrática; y, por otro, al separatismo catalanista que, tras la aparición de Felipe VI en defensa de la unidad de España -un hecho que Canal compara con la actuación de Juan Carlos I con motivo del 23-F-, ha endurecido su crítica a la corona.
Canal está en lo cierto al atribuir artificialidad al debate entre monarquía y república. Es digno de estimar el repaso que hace de la historia de España de las últimas décadas y, sobre todo, la valiosa interpretación de la transición, en un momento en el que parece estar de modo cuestionar sus logros. Para este historiador afincado en París, la monarquía no es el problema; puede incluso que sea la solución a muchos de nuestros interrogantes.

TROA