LA MUJER DEL BOSQUE

Esta es la novela 17 de la serie del detective Charlie Parker, muy conocido por los lectores del irlandés Connolly y, como todas las anteriores, con cientos de páginas divididas en cuatro partes. Una vez más la acción transcurre en Estados Unidos, en paisajes muy bien dominados por el autor, con el centro en Portland, pero con frecuentes traslados a otras ciudades. Si el lector conoce la serie estará encantado con esta nueva novela, muy bien escrita y ambientada y con esa mezcla característica de lo real con un mundo de personas muertas y fantasmales propia de Connolly. Si no se conoce ninguna novela más de este autor, para no desanimarse es conveniente poner lo real y lo fantasmal en el mismo plano y el resultado será una novela policíaca, con un enigma a resolver, muy bien montada y con una trama llena de lógica.

Los personajes habituales tienen menos importancia aquí y casi no aparecen, y es Parker el que cubre toda la escena y secundariamente su abogado Moxie Castin que es el que va a proporcionar el caso. Todo comienza cuando en un bosque de Maine, a causa de una tormenta, un árbol es derribado y aparece el cadáver de una mujer con los restos de la placenta, pero sin que se encuentre al niño. No lejos del lugar en un árbol está grabada una estrella de David y este detalle es el que anima a Moxie, de ascendencia judía, a contratar a Parker para averigüe la identidad de esta mujer y el paradero del niño vivo o muerto.

Un personaje singular, Quayle, y una mujer, Mors, más singular todavía, entran en la novela, buscando también a la misma mujer y dejando a su paso un rastro de muertes todas traicioneras y sangrientas. Estos personajes son la misma personificación del mal. Como en otras ocasiones, aunque todo el ambiente es oscuro, no falta la ironía de Parker y el contraste con el bien que representa. Y el optimismo de la defensa de que la justicia siempre acaba triunfando, aunque en su caso los medios no siempre son los más aptos ni ortodoxos.

Con todos estos planteamientos discurre la novela pasando de unos personajes a otros y de unos ambientes a otros, inicialmente inconexos y que poco a poco se van relacionando y cerrando unos con otros, creando una unidad final. Pero no todo es acción, hay un trasfondo muy actual, la defensa de la mujer, y la denuncia de los maltratadores.

Muy bien escrita, culta, sin que falte ningún detalle para calificarla de buena novela, aunque dentro de las peculiaridades del autor. Troa.

TROA