LA MUJER DEL CAMAROTE 10

Ruth Ware (Lewes, Sussex, Reino Unido, 1977) tras el éxito alcanzado en Inglaterra con su primera novela “In a Dark, Dark Wood” llevada al cine, se consagra en La mujer del camarote 10 como una de las figuras más destacadas de la narrativa de misterio e intriga dentro y fuera de su país.
Laura Blacklock, “Lo” para los amigos, reportera de la revista Velocity, dedicada a crónicas de viajes de alta sociedad, se encuentra en un momento decisivo para su ascenso profesional que le produce un estado permanente de ansiedad. Sentimiento al que se añaden las dudas respecto a su posible enlace matrimonial, sobre el cual no acaba de tomar una decisión definitiva. Cuando recibe el encargo de representar a la revista en el exclusivo crucero de superlujo Aurora Borealis, fletado por lord Richard Bullner, “Lo” considera que se encuentra ante la oportunidad de su vida para alcanzar la fama. Al ascender por la escalerilla del navío no logra superar la impresión de haber llegado a un mundo maravilloso en el que cualquier sueño se convierte en realidad. Paredes de maderas nobles, arañas de cristal en salones inmensos, camarotes espaciosos con terrazas sobre el mar y cuartos de baño dotados de los últimos adelantos despiertan el asombro de Laura, que apenas da crédito a lo que se ofrece ante su vista. Completa el cuadro el equipo de doncellas y camareros dedicados a facilitar cualquier deseo de los pasajeros, obsequiados con refrescos y bebidas a cualquier hora del día y la noche. Durante la cena de bienvenida, el anfitrión lord Bullner les desea una feliz travesía al tiempo que expone el plan del viaje, que incluye un amplio recorrido por los fiordos noruegos, con escalas en los puertos de Trondheim Stavanger y Bergen. A lo largo del recorrido tendrán ocasión de disfrutar del extraordinario espectáculo de una aurora boreal, fenómeno habitual en aquellas latitudes próximas al casquete polar. Esa misma noche, mientras descansaba en su camarote las ilusiones de Laura se vieron truncadas de forma dramática. A través de los amplios ventanales observó una sombra blanquecina que se lanzaba con violencia sobre las olas, seguida del ruido de un cuerpo arrojado al mar. Al salir a la terraza aún tuvo tiempo de ver unas manos agitadas antes de desaparecer en las frías aguas nórdicas. De modo inmediato comunicó el suceso al resto de los pasajeros y declaró ante el director de seguridad del yate los pormenores del caso que había presenciado. A partir de ese momento comienza para Laura una pesadilla que va a convertir el viaje de placer en una tortura prolongada de la que será una víctima indefensa, encerrada en la bodega más oscura del navío, asilada del cualquier contacto exterior, a merced de sus captores. Ruth Ware describe con estilo realista la angustia que se apodera de Laura y la sumerge en un estado depresivo consciente de que, al haber sido testigo de un asesinato, los autores se han propuesto deshacerse de ella una vez finalizada la travesía. La incertidumbre se mantiene hasta un imprevisto final que tampoco llega a resolver de forma clara el desenlace del enigma. El clima de inmoralidad ambiental del que participan los personajes se refleja con naturalidad aunque sin detalles descriptivos, salvo al reproducir numerosos expresiones procaces entre las que se incluye una blasfemia atribuible al traductor ya que carece de equivalente en el inglés original.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa