LA PEQUEÑA BRUJA

La protagonista de La pequeña bruja tiene 127 años y vive con su cuervo Ajetreo en una solitaria casa de brujas en lo más profundo del bosque. Se acerca el día del baile de la Noche de la Brujas, al que la pequeña bruja asiste a pesar de estar prohibido para las jóvenes como ella. Su tía, la bruja Sacudidas, aprovecha esta desobediencia para promover entre el consejo de brujas mayores un buen castigo, por el que deberá presentarse a un examen un año después, el día del baile de la Noche de las Brujas, para demostrar que se ha convertido en una buena bruja. Acompañada de Ajetreo que es como la voz de su conciencia, se dedica con empeño a ser buena: socorre a los desvalidos, escarmienta a los malos y ayuda los que lo están pasando mal. El día del examen para ver si se ha convertido en una bruja buena, cuenta ante el tribunal de brujas el bien que ha hecho. Pero es suspendida porque “únicamente las brujas que siempre, en todo momento y en todo lugar, hacen el mal, son buenas brujas”. Y le imponen un severo castigo; pero la pequeña bruja, con sus brujerías, les quita el poder y consigue participar en el baile.
Han pasado muchos años desde 1957, fecha en que se publicó este libro que permanece actual, dado lo atemporal de su temática.
Otfried Preußler (1923-2013) nació en Bohemia, ahora en la República Checa. Tras luchar en la guerra y como prisionero, se dedicó a la enseñanza y a escribir libros para niños. Entre su extensa obra, 32 libros traducidos a más de 50 idiomas, destacan El bandido Saltodemata (2011), La pequeña bruja (2010), El pequeño fantasma (2001), y Krabat y el molino del diablo (2009). Ha sido reconocida con multitud de premios literarios, entre ellos en 1972 la mención Honorífica Hans Christian Andersen a toda su carrera.
Sus obras están consideradas como clásicos de la literatura infantil. La editorial Noguer publicó la obra de este afamado autor, y ahora Maeva Young recupera en su catálogo lo mejor de Preußler, en ediciones muy cuidadas y con traducciones revisadas

Begoña Lozano