LA PLUMA DEL GRIFO

La acción de esta novela fantástica comienza en Noruega, donde Barnabas y Vita Wiesengrund que habían dedicado su vida a cuidar a las criaturas más extraordinarias, supervivientes de tiempos remotos habían edificado MIMADEIDR, un gran albergue, destinado protegerlas de la codicia y la curiosidad de los seres humanos. Acompaña al matrimonio Ben, un chico de catorce años, huérfano desde los tres, al que han adoptado, y su nueva hermana Guinever. Además a Ben le ha seguido su dragón, Barba de Pizarra que, muy anciano, no acompañó a los últimos congéneres de su especie, refugiados en la cordillera del Himalaya para huir de cazadores desaprensivos. La vida en la casa transcurre en paz, dentro de lo posible, rodeados de elfos, trolls, nisses y demás criaturas míticas o legendarias, hasta que les llega desde Grecia una noticia alarmante. Vita y Guinever han encontrado un nido con tres huevos de pegaso que no pueden ser incubados debidamente porque su madre ha muerto. Trasladarlos a MIMAMEIDR y mantenerlos calientes no parece difícil aunque surge una dificultad añadida. Las crías de pegaso no rompen sus cascarones sino que deben abrirse desde fuera y solo la saliva de la madre consigue quebrarlos. En caso de que esto no resulte factible, un preparado especial, elaborado con la pluma de oro de un grifo podría surtir el mismo efecto. La obra narra el viaje de Barnabas y Ben hasta una isla de Indonesia, donde hay una colonia de grifos, para tratar de conseguirla. La acción transcurre en un entorno imaginario, habitado por seres no humanos, pero que, más allá de su aspecto exterior, piensan y actúan como personas. Los preparativos del viaje ya ponen de relieve que la heroica decisión de los Wiesengrund no es compartida por algunos de sus protegidos, conocedores del carácter brutal, despiadado y tiránico de los grifos, que no se prestarán en modo alguno a entregar la codiciada pluma e intentarán devorar a los viajeros. Miedos, engaños y mentiras marcan el inicio de una aventura tan peligrosa como altruista, que conocerá toda clase de vicisitudes, cuyos pormenores constituyen el eje de la trama. La autora demuestra su larga experiencia como narradora al enlazar las sucesivas secuencias a través de recursos técnicos sólidos y eficaces que muestran una gran capacidad imaginativa para describir escenarios y ambientes. Todo tipo de caracteres humanos, el cobarde, el traidor, el taimado o el ambicioso, desfilan bajo apariencia de seres mitológicos a lo largo de una historia de crueldad y heroísmo, bien narrada y escrita con estilo cuidado y expresivo.

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