LA PRINCESA DE HIELO

En una pequeña localidad sueca aparece asesinada, en su casa de veraneo, una mujer joven, guapa y rica que tiene una lujosa tienda en Estocolmo. Una amiga de la infancia de la víctima, escritora de profesión, y un policía con quien está sentimentalmente vinculada, se toman interés personal en la investigación del delito, sobre todo cuando el caso se complica con una segunda muerte.
La obra sigue un esquema narrativo lineal, muy clásico dentro del género al que pertenece. Salvo algunos detalles ambientales genuinamente escandinavos, el argumento no tiene signos de identidad destacables por su originalidad y lo mismo ocurre con los personajes, cuya caracterización resulta bastante convencional. El estilo, de léxico coloquial, está poco trabajado desde el punto de vista estético, intercala abundantes epítetos malsonantes y manifiesta preocupaciones comerciales antes que literarias para llegar fácilmente al consumo del gran público. Sin embargo, mientras que el contenido juzga negativamente los fallos de la sociedad, se muestra permisivo en la conducta privada de los personajes, sobre todo en el ámbito de las relaciones de pareja, aunque no sea muy descriptivo. La trama guarda cierta intriga, elaborada a base de referentes sociales de máxima actualidad: abusos a menores, maltrato doméstico a mujeres y niños, adopciones de niños sin familia, embarazos adolescentes, alcoholismo, etc. La narración recurre a este tipo de circunstancias, que denuncia y critica, para atraer la atención del lector.

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