LA PRINCESA PELIRROJA

El día de su duodécimo cumpleaños, la princesa pelirroja, que nunca ha salido del palacio real y a quien sólo han visto sus padres, su abuela, dos damas de honor y tres lacayos, va a ser presentada en público a sus súbditos. Pero en el mismo momento en que aparece su carroza, tres feroces bandoleros la secuestran y huyen con ella, llevando en su interior a la princesa y a sus dos damas. Al poco tiempo aparecen estas últimas, exhaustas tras regresar a pie a la capital desde la linde del lejano Bosque Intrincado, donde los bandidos las soltaron, pero la búsqueda de la princesa no da resultados positivos. Mientras, ésta descubre, primero con sus secuestradores y luego, al huir de ellos, en sus esfuerzos por regresar a palacio, cómo es el resto del mundo y cómo vive el pueblo, ajeno a las comodidades y lujos de la realeza. La obra, escrita con ritmo ágil, combina en su desarrollo argumental intriga y cierta crítica social, aunque tratada de forma humorística, sin malevolencia. El desenlace, satisfactorio, implica una cierta enseñanza referida a rechazar los prejuicios clasistas y a que cada cual debe aceptar la misión que le corresponde en la vida y aprender a cumplirla lo mejor posible, sin intentos de cambio radicales como el de la princesa, que está dispuesta a convertirse en bandolera antes que volver a su aburrido papel de heredera. Sin embargo, aunque su contenido sea positivo, literariamente la calidad estética del texto no encierra aciertos destacables y su lectura es entretenida pero no especialmente interesante.

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