LA VISIGODA

En el reino de Asturias, en la segunda mitad del siglo VIII, tras la invasión musulmana, la hija de un guerrero del rey Alfonso I es incluida en el "tributo de las cien doncellas", que los cristianos estaban obligados a pagar al emir de Córdoba. Su prometido asturiano consigue sacarla de la capital andaluza y vuelven juntos al norte, aunque se instalan en Álava para huir de las autoridades de Oviedo. Durante años, el matrimonio seguirá al servicio de la monarquía heredera de los visigodos. La obra pertenece al terreno de la ficción aunque se inscriba en un fondo de realidades históricas. Elementos costumbristas, sentimentales, intrigas políticas y enfrentamientos militares forman un conjunto ágil, dinámico y entretenido, aunque literariamente poco elaborado. La autora, comentarista política de prensa y radio, se muestra algo inexperta, tanto técnica como estilísticamente, en esta su primera incursión en el ámbito novelístico. De hecho la mayor parte de la acción es más bien crónica sobre los avatares de la política ovetense en relación con sus poderosos enemigos islámicos. En cambio la figura de la protagonista está dibujada con rasgos inexpresivos, que apenas prestan profundidad a su dimensión humana. El estilo, sencillo, es de lectura fácil pero no encierra calidad estética destacable. Su interés radica en la visión aceptable que ofrece de los inicios de la Reconquista, en medio de una serie de enfrentamientos, traiciones y rivalidades, que son propios de cualquier tiempo de crisis en territorio hispánico. Las referencias a disputas teológicas de la época y a la pervivencia de prácticas paganas entre el pueblo, así como alguna descripción erótica son poco oportunas.

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