LA VOZ DEL FAQUIR

Harkaitz Cano, nacido en 1975 en Lasarte, Guipúzcoa, ha desarrollado su tarea como escritor en relato, novela, poesía, crónicas y literatura infantil y juvenil. Sus obras, escritas fundamentalmente en euskera, han recibido numerosos premios y son un referente de la literatura vasca. La voz del Faquir ha sido elegido como Mejor Libro del Año en euskera por la Asociación de Librerías de Navarra en 2019.
Inmanol Lurgain es conocido como El Faquir. Pronto le ponen ese apodo por su porte alto y desgarbado, sus gafas a lo John Lennon y su espesa barba y la melena rizada. Perteneciente a una familia trabajadora de San Sebastián, cristiana y tradicional, es el más joven de cinco hermanos y el único varón. Corren los años sesenta del siglo XX cuando Inmanol, siendo adolescente, participa en un grupo de baile tradicional de la parroquia. Es la única manera que tienen de luchar contra Franco y ensalzar la cultura vasca. Pero su voz áspera y potente y su sensibilidad artística le llevan enseguida a abrazar una guitarra y cantar en garitos clandestinos a favor de la lucha de ETA que comienza a dar sus primeros pasos.
En el verano de 1968 es detenido por colaborar con la organización y, después de unos meses en la cárcel de Martutene, se exilia a Francia hasta su regreso al País Vasco en 1977 tras la amnistía. Allí conocerá a otros artistas de renombre como Paco Ibáñez o Elisa Serna. Con el primer asesinato de ETA, y aunque sus ideas siguen en la dirección de la autodeterminación, Inmanol decide distanciarse renunciando a la lucha armada y poniéndose claramente en contra cuando una de las dirigentes es asesinada por la propia organización y decide abandonar ETA. A partir de ese momento serán frecuentes los mensajes intimidatorios y escasearán los contratos para dar conciertos. Apegado a su tierra y a sus ideales, no será fácil para Inmanol tomar una decisión que le podría llevar lejos de lo que ama.
Harkaitz Cano escribe una historia de ficción apoyándose en hechos reales y en la vida del cantante Inmanol Larzabal que toma prestada para crear a su personaje, un idealista que acarrea una personalidad compleja y una vanidad que le desestabiliza. Los hechos narrados son coincidentes, tan solo cambian los nombres, resultando una recreación sumamente acertada, en muchos momentos íntima, empujando a la reflexión sobre uno de los períodos más difíciles de la Historia reciente del País Vasco donde escasearon los héroes dejando tomar la iniciativa al individualismo burgués o a un activismo exacerbado.
El autor mismo es otro personaje más de la novela en la que se introduce para dar razón de ella. No narra solo unos hechos sino también las vivencias de unos hombres con sus miedos y sus fobias, con sus amores y el desencanto de unos sueños sin cumplir. Una historia plena de lucidez y muy bien escrita.

Encarnita Herraiz