LABERINTOS DE LA NOCHE

Anne Perry (Londes, 28 de octubre de 1938), es conocida principalmente por sus series de novelas de misterio ambientadas en la Inglaterra victoriana. Laberinto de la noche es la penúltima escrita por la autora, y la última publicada en castellano, de la serie protagonizada por el comandante fluvial William Monk y su esposa, la experimentada enfermera Hester.
En esta ocasión, Hester ejerce temporalmente como enfermera en un anexo del Hospital de Greenwich dirigido por los hermanos Rand sustituyendo a una amiga en el turno de noche. Magnus Rand es un médico de reconocido prestigio, mientras que su hermano Hamilton es un gran químico comprometido con la investigación sobre la leucemia. Una noche Hester se encuentra casualmente en un pasillo del hospital con una niña de seis años asustada que reclama su atención. Su preocupación es que su hermano Charlie está a punto de morir en una habitación donde se encuentra ingresado con ella y otro hermano más pequeño. Hester no sale de su asombro cuando descubre que los niños están allí retenidos con el fin de extraerles sangre para los experimentos de Hamilton con el propósito de curar enfermos de leucemia o con hemorragias por medio de transfusiones. Al pedir una explicación al químico y al verse descubierto, éste decide secuestrarla junto con los niños y su principal paciente y llevarlos a una granja alejada de Londres para que le ayude en el tratamiento que está aplicando al enfermo. En contra de su voluntad tendrá que ayudarle para procurar salvar las vidas de todos que corren peligro si Hamilton fracasa. Pero la desaparición de Hester pronto pondrá sobre aviso a su esposo William y a sus amigos que no tendrán inconveniente en jugarse la vida por salvarla.
En esta ocasión la autora vuelve a plantear la cuestión de si el fin justifica los medios en un tiempo en el que los procesos judiciales eran lentos y había pocos medios para investigarlos.
Anne Perry se muestra hábil, como en otras ocasiones, al ofrecer varias secuencias de juicios y tribunales con diálogos bien trabados entre los juristas. Aunque el ritmo de la acción es ágil y la tensión creciente, al final deja cuestiones abiertas que pueden decepcionar al lector.
La prosa sencilla consigue hacer entretenida y ligera la lectura, aunque si no se han leído otros libros anteriores de la serie hay datos que se dan por conocidos que resultan del todo escasos para entender los sentimientos y actuaciones de los personajes implicados.

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