LAS AGUAS DE LA ETERNA JUVENTUD

Las aguas de la eterna juventud de Donna Leon es el episodio número 25 de de la serie de novelas, algunas de ellas llevadas a la TV, que protagoniza el popular comisario de la policía de Venecia Guido Brunetti. En esta ocasión deberá investigar, por encargo de una anciana aristócrata, Demetriana Lando-–Continui, el accidente sufrido por su nieta Manuela 15 años atrás. La joven fue rescatada en coma de las aguas por un voluntario y resultó afectada en sus facultades mentales de forma irreversible. El informe de la policía consideró el caso como accidente casual, pese a que algunos testigos afirmaron ver a una persona abandonar el lugar de forma apresurada.
Dado el tiempo transcurrido y ante la falta de pruebas, Brunetti se resiste a reanudar las pesquisas pero al conocer ciertos detalles humanos del caso y percibir el dolor de la anciana decide abrir una nueva línea de investigación. No obstante, las posibilidades de aclarar las circunstancias del supuesto accidente son mínimas y las pistas casi inexistentes. Con la ayuda de su colega, la comisaria Claudia Griffoni, atraída por el drama de la joven Manuela, consigue localizar al hombre que la rescató de la aguas y logra que reconociera al sospechoso que rondaba por los alrededores. El asesinato del testigo antes de prestar declaración, permite estrechar el cerco en torno al culpable de agredir a la joven, cuya identidad resulta una sorpresa para todos debido a su cercanía con la anciana aristócrata. En esta novela, ambientada en el sugestivo y bello entorno veneciano, los sentimientos y afectos de los personajes, incluidos los comisarios Brunetti y Griffoni, predominan sobre los elementos de intriga y misterio clásicos del género policiaco. La obra está escrita con el magistral estilo literario que caracteriza a la novelista italo-americana afincada en Venecia, Donna Leon (1942), ganadora del premio Pepe Carvalho 2016.

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