LAS HIJAS DE ZALMAN

Refleja la acción de esta novela la historia de Zalmán un joven judío que vive en Satmar en la Transilvania rumana y es seguidor de la corriente jasídica, una de las más estrictas del judaísmo. Salvado milagrosamente de la persecución antisemita desatada en 1939 por las autoridades pro-nazis del país, poco después, ya casado, se traslada con su familia a París. Allí sus hijos y sobre todo sus hijas, a medida que crecen, experimentan la dificultad de armonizar la sociedad en la que viven con la ultra ortodoxia judía impuesta en su hogar.
La obra describe con minucioso realismo las costumbres de los judíos jasídicos, sometidos a las normas de una religiosidad muy rígida en sus preceptos restrictivos, especialmente en lo que atañe al papel de la mujer fuera del ámbito doméstico. Las dos hijas de Zalmán, una sumisa y otra rebelde, sufren por igual, aunque de distinta forma, la divergencia entre las normas paternas y el clima social de liberación femenina que perciben a su alrededor. La trama, bien elaborada, se centra en esta problemática, apoyada en dos protagonistas cuya configuración humana queda acertadamente definida. Dilemas insolubles pesan duramente sobre mujeres e incluso sobre hombres de carácter tolerante, a causa de unas leyes rabínicas ajenas a toda piedad y comprensión. Lastrados con el peso de unas tradiciones casi imposibles de cumplir, luchan entre el estricto sentido del deber en que han sido educados y el impulso natural de perdonar, en situaciones bien trazadas, animadas por personajes perfilados de modo convincente. El relato logra transmitir a la ambientación y al estilo la fuerza expresiva capaz de identificar al lector con la opresiva e incluso trágica atmósfera ante la que se le sitúa La autora, educada en Francia en una familia semejante a la de Zalman, se vio forzada huir a Estados Unidos a los 19 años para escapar de un matrimonio concertado. Sus críticas hacia el fanatismo religioso, no cuestionan el judaísmo, sino una forma concreta de entenderlo.

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