LAS LANZAS

Periodista y escritor de novelas históricas, Fernando Martínez Laínez (Barcelona, 1941) inicia con Las Lanzas una trilogía dedicada a glosar las hazañas de los Tercios Españoles, famosas tropas de infantería temidas por su agresividad y eficacia que permitieron la expansión del Imperio Español durante los siglo XVI y XVII.
La obra comienza en 1633, cuando un supuesto veterano de Flandes, Luis Monzón, recoge las notas de un diario del también ficticio sargento Alonso de Montenegro, servidor del capitán general Ambrosio de Spínola, nacido en Génova, durante sus numerosas campañas bélicas. El oficial, refugiado en Madrid, se dispone a vengar la memoria de su señor, fallecido tres años antes. Convertido en un anciano achacoso y en la miseria, no olvida que la muerte de su general, ocurrida en 1630 durante el cerco al fuerte de Casale, se debió al dolor causado por su relevo como jefe supremo de los Tercios españoles en Italia. Spínola, vencedor en los sitios de Ostende y Breda, fue derrotado por intrigas palaciegas en la Corte de Felipe IV, gobernada por su valido, el Conde Duque de Olivares después de haber empeñado vida y hacienda en la defensa del Imperio Español tanto en Flandes como en Alemania e Italia. La dramática pérdida del héroe fue sentida por sus hombres como una afrenta personal que ellos deberían reparar. Así, mientras el viejo Alonso de Montenegro se dispone a tomar cumplida venganza en la persona del embajador belga, responsable de las intrigas contra su jefe, nuevos cronistas se incorporan al relato. En sus escritos, aportan datos sobre las guerras libradas entre flamencos, españoles, franceses, ingleses y alemanes que ensangrentaron los campos europeos durante el siglo XVII. Entre otros, destacan los testimonios imaginarios de la gobernadora de los Países Bajos, infanta Isabel Clara Eugenia, los del propio capitán general Ambrosio de Spínola, además de las confidencias de su enemigo el holandés rebelde Mauricio de Nassau y de varios oficiales de los diversos bandos. Versiones encontradas que se alternan para ofrecer una visión de los hechos que interpretan cada uno de ellos de acuerdo con los intereses que defiende. El eje central del relato gira, no obstante, en torno a la figura del general Spínola, presentado como ejemplo de caballero del Renacimiento, noble y rico en busca del honor y la gloria, al que sus detractores no perdonan las brillantes victorias que sí reconocen y admiran, en cambio, sus más declarados enemigos. Frecuentes y largas reflexiones sobre el destino y la decadencia del Imperio, puestas en boca de oficiales de los Tercios y de cortesanos de Madrid, restan agilidad al relato que se ve interrumpido una y otra vez por elementos extraliterarios ajenos a la trama central. El propósito del autor es ofrecer la cara y la cruz de la irrepetible epopeya de los Tercios cuyas especiales circunstancias hicieron surgir algunas de las cualidades más destacadas del genio español: tenacidad, capacidad de resistencia, arrojo ante el enemigo y fidelidad a los mandos en los momentos decisivos del combate.

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