- Editorial: TURNER
- Año de edición: 2017
- Materia: Ensayos
- ISBN: 978-607-7711-15-5
- Páginas: 296
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Noema
- Idioma: Español
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La historiadora canadiense Margaret MacMillan (Toronto,1943) profesora de la Universidad de Oxford, analiza en su ensayo Las personas de la historia los rasgos característicos de algunas de las figuras, sobre todo del ámbito de la política, que han ejercido mayor influencia en los acontecimientos históricos más destacados ocurridos durante los siglos XIX y XX.
Líderes políticos tales como Bismarck forjador de la nueva Alemania, William MacKenzie King, defensor de la unidad de Canadá, los presidentes americanos Woodrow Wilson, F.D.Rooselvet y Richard Nixon, y la primera ministra británica Margaret Thatcher, aparecen reflejados con sus virtudes y defectos, errores y aciertos dentro de las circunstancias de las diversas épocas que les correspondió vivir. A von Bismarck, el prusiano Canciller de Hierro se le reconoce como fundador de la Gran Alemania aunque también se indica que algunos de sus postulados sobre la superioridad de la raza germánica serían utilizados años más tarde para justificar dos guerras mundiales. Mejor trato recibe la obra de Lyon Mackenzie partidario de integrar las tendencias secesionistas de la región de Quebec dentro de una sola nación, Canadá, donde tuvieran cabido unos y otros. Las actuaciones de los presidentes Wilson y Rooselvet, ofrecen el rasgo común de verse se enfrentados a dos graves conflictos que, iniciados en Europa, alcanzaron amplia dimensión internacional. Los dos mandatarios, opuestos en principio a participar en una guerra fuera de sus fronteras, se vieron forzados por las circunstancias a desempeñar un papel decisivo al inclinar la balanza en favor de las potencias Aliadas y en contra de Alemania. La imagen del presidente Richard Nixon, desprestigiada por el asunto Watergate recibe comentarios favorables, al reconocerle la actitud innovadora y enérgica de abrir la política exterior de los Estados Unidos hacia Extremo Oriente y establecer relaciones comerciales con la China de Mao al tiempo que se distanciaba de la Unión Soviética. Margaret Thatcher en cambio, aun reconociendo la autora el mérito de algunas de sus decisiones, recibe críticas dirigidas a su excesivo rigor al aplicar medidas impopulares y restringir los gastos en asistencia social y protección de las clases más débiles. Stalin, Hitler y Mussolini quedan enmarcados fuera de los valores humanos y morales vigentes en los sistemas democráticos, al partir de un concepto totalitario del ser humano y de la sociedad. Las doctrinas marxistas en la URSS, nacionalsocialistas en Alemania y fascistas en Italia impulsaron en esos países unos conceptos del individuo y la sociedad ajenos a las tradiciones humanistas de tolerancia y libertad que caracterizan la cultura Occidental. El estilo ágil y suelto y acompañado de numerosas anécdotas personales, facilita la lectura para el público de cultura media.
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