LAS TORRES DE FEBRERO

En esta obra, cuya edición original en neerlandés data de 1973, la autora plantea el tema de los mundos paralelos y la posibilidad de cruzar de uno a otro plano. A los catorce años, el protagonista lo consigue un veintinueve de febrero, ya que se supone que este día, que sólo se produce cada cuatro años, es el momento oportuno para realizar el viaje. Al llegar a la otra realidad ha perdido la memoria y tiene que reconstruir su historia y su personalidad. A ello le ayuda un anciano un tanto misterioso, que no por casualidad se llama Thomas Alva, como el genial inventor Edison. La obra mezcla intriga, misterio y elementos sentimentales en una trama bien construida, aunque también sombría y compleja, centrada en unas torres de apartamentos que también han pasado desde el mundo real, con gran sorpresa y alarma de los habitantes del otro universo, quienes no creen que tan extraña construcción pueda servir como vivienda y piensan que la cabina del ascensor debe ser una celda de castigo. Bien escrita, con una sólida elaboración literaria tanto formal como de contenido, la novela interesa desde el principio. Además, mantiene la tensión por el modo original con que el desarrollo argumental está realizado y por la incertidumbre sobre si el protagonista conseguirá volver a su vida habitual, en el caso de que quiera regresar.

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