LILA

Lila de Marilyne Robinson es la tercera novela protagonizada por los habitantes de Gilead en Iowa. Lila es una huérfana de cuatro años que vive con unos inmigrantes que apenas se preocupan de ella hasta que una mujer salvaje y nómada llamada Doll se la lleva consigo y la sumerge en unas condiciones existenciales nada buenas ya que malviven, en plena época de la gran depresión, en cualquier oficio incluido la prostitución. Cuando Doll desaparece repentinamente, Lila se queda sola y deambula en busca de trabajo hasta llegar a la iglesia de Gilead donde vive el anciano reverendo Ames, ya viudo, quien se afana en catequizarla y bautizarla, surgiendo entre ellos una historia de amor. Se casan y Lila se queda embarazada; aunque ella lee constantemente la Biblia, su cabeza está llena de dudas y atormentada por una nebulosa de duros recuerdos; conversa con su esposo contagiándole sus perplejidades y lucha entre conservar ese amor que parece limpiarle del pasado y la tentación de escapar hacia la libertad.
M. Robinson dibuja con maestría psicológica a sus personajes, auténticos pilares que sostienen el peso narrativo de la novela. Una prosa bella acompañada de lirismo, aun en las secuencias más difíciles de la trama, elude descripciones molestas y son el mejor recurso de su autora. En estas páginas se muestran unas vidas tormentosas externa e internamente, personas desarraigadas y solitarias, con un toque de rareza en ocasiones y en el marco de una atmósfera cerrada que a veces resulta agobiante. La acción, sosegada y con fuerte carga de introspección, está salpicada profusamente con citas del Antiguo Testamento así como por las afirmaciones del predicador en torno a las teorías calvinistas, fundamentalmente acerca de la salvación, con ciertas connotaciones que pueden ser confusas para el lector. Una historia de redención, con un toque muy espiritualista, que destaca por la excelencia de su escritura.

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