lLA PEQUEÑA LIBRERÍA DE STEFAN ZWEIG

El autor parte de un suceso real en la vida del prestigioso novelista Zweig: la breve visita, aprovechando la escala del barco en el que viajaba hacia Brasil desde Gran Bretaña, a una de las dos librerías de las que Vigo disponía en el verano de 1936. El argumento es mínimo: una comida familiar en la que el abuelo, ahora jubilado y entonces joven y entusiasta librero, va desgranando la conversación que mantuvo con el autor más leído en aquellos años.
La estructura de la novela es sencilla. La narradora, nieta del librero, presenta con breves pinceladas a la familia: el abuelo, el hijo de este, la nuera, los nietos y, además, se recuerda a la abuela fallecida, pero presente en la memoria. También aparece un culto, elegante y atento Stefan Zweig, adornado de la melancolía que conocemos por sus diarios. El contexto: una ciudad en guerra, unos falangistas, una columna de jóvenes militarizados, acompañados por dos sacerdotes que, junto a la mención de la familia Franco (el padre del librero se protegía regalando libros a su esposa, Carmen Polo), vienen a ser los representantes de la oligarquía favorable al Alzamiento.
El suceso se desarrolla en dos ámbitos, enlazados por la figura del abuelo: la comida en la casa familiar y los recuerdos del encuentro en la librería. El autor no siempre la unidad de la obra, tanto en lo narrativo como en el tono. Es capaz con pocos trazos de hacer creíbles a los personajes y de presentar la situación de Vigo en guerra, pero la parte central de la obra, la conversación entre Zweig y el librero, adolece narrativamente: presenta un tono discursivo más propio de una conversación entre profesores universitarios que de una novela. El diálogo se extiende sobre la cultura europea, los totalitarismos, la persecución de los judíos, los libros, la escritura, etc., y refleja la opinión de lo que llamaríamos el mundo europeo liberal.

TROA