- Editorial: HERDER
- Año de edición: 2016
- Materia: Memorias. Diarios
- ISBN: 978-84-254-3755-7
- Páginas: 184
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Viktor E. Frankl es el conocidísimo autor de un libro ya clásico: El hombre en busca de sentido. Allí, el psiquiatra austriaco explicaba al público su dramática experiencia en un campo de concentración, sus sufrimientos, pero también la forma de superarlos. Eso le permitió profundizar en la libertad interior del hombre -ese reducto íntimo que nadie puede arrebatarle-, la importancia del sentido de la vida para superar las dificultades y la potencialidad de la terapia de Frankl, la logoterapia, frente a los reduccionismos del psicoanálisis.
Unos años antes de morir se publicaron estas breves memorias. Son más bien consideraciones autobiográficas variadas, apuntes de recuerdos y escritos sobre cuestiones que interesaron durante su vida a este prestigioso médico. Frankl repasa sus orígenes judíos, su infancia, la importancia en su vida del humor y deja traslucir en todos estos textos una pasión insobornable por la vida. Optimista nato, durante los años anteriores a la II Guerra Mundial hizo acopio de una alegría vital profunda que tal vez fue lo que después resultó trascendental en el campo de concentración. Eso no significa que sus recuerdos sean todos positivos. Hay también sucesos menos afortunados en su vida.
Frankl explica su afición por la escritura, la montaña y las caricaturas; muestra su gran cultura y cómo se fue forjando su vocación médica, así como los años de aprendizaje de su disciplina. También insiste en el delgado límite que existe entre filosofía y psicoterapia y cómo al preocuparse en sus obras del significado de la vida ha escrito desde la frontera entre religión, filosofía y ciencia, aunque consciente de sus límites. De hecho, la logoterapia nació no solo para llenar las lagunas que las terapias dejaban sino para luchas contra las tendencias despersonalizadoras de la sociedad del siglo XX.
Es interesante la reflexión que hace sobre el suicidio y la eutanasia. A este respecto comenta: Respeto la decisión de una persona de quitarse la vida. Pero también quiero que se respete mi principio: salvarla siempre que sea posible. Frankl intentó salvar la vida de muchas personas, oponiéndose a la eutanasia, evitando la aplicación del antisemitismo y, más tarde, ya en el campo de concentración. Su pasión por la vida y su defensa de la vida son sin duda un testimonio a tener en cuenta.
TROA
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