LO QUE SUEÑAN LOS LOBOS

Un joven argelino que desea ser actor para salir de los estrechos límites sociales y familiares en que ha nacido, ve una posibilidad de mejorar trabajando como chófer de una adinerada familia. Allí conoce la humillación, el desprecio y la tiranía, y acaba militando en la guerrilla integrista islámica.
Bajo el pseudónimo femenino con que firma la novela se oculta el escritor argelino de cuarenta y seis años Mohamed Moulessehoul, que fue comandante del ejército argelino, del que solicitó la desmovilización, y se ha afincado en México. En esta su primera novela traducida al castellano retrata a un joven que, queriendo escapar de la mediocridad y la miseria, cae en una pesadilla de violencia y acaba siendo presa fácil de la vorágine sangrienta del integrismo islámico. La trama es verosímil en conjunto, pero el estilo, con rasgos de crónica y muchos largos párrafos de digresiones, hace la lectura lenta. Por otra parte, la intención de denuncia lleva al escritor a incluir numerosos elementos ajenos a la narrativa. El léxico contiene vulgaridades y términos malsonantes. El ambiente de corrupción que cita -drogas, alcohol, travestismo, sexo...- lo hace sin descripciones. Hay términos localistas sin notas aclaratorias. El autor ha sido testigo de la violencia, la crueldad y el mal, pero su denuncia no es eficaz porque carece de fuerza ideológica -y también de tensión narrativa-. Las frecuentes alusiones a Dios y a las creencias están fuera de lugar, y lo mismo algunas conductas bondadosas.

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