LOS ÁNGELES MUEREN POR NUESTRAS HERIDAS

La acción se desarrolla en la Argelia colonial de entreguerras (años veinte y treinta del siglo XX) y arranca en Turambo, pueblo natal del protagonista, adolescente con una infancia de pobreza, desarraigo y malos tratos, que, con once años, debe trabajar para mantener a su familia. Tras un corrimiento de tierras, marchan a Orán y el chico adopta el nombre del pueblo. Allí conoce a Gino, su gran amigo. Turambo, acostumbrado a vivir a base de golpes, es sorprendido un día luchando por un promotor del boxeo, quien le propone entrenarse para competir. Este se dedica a conciencia y se convierte en un gran campeón, actividad con la que gana mucho dinero, pero cuyo éxito le acarrea dramáticas consecuencias. A lo largo de su vida tiene varias experiencias románticas, fallidas por diversos motivos. El libro tiene un original comienzo que entronca con el final para el que se reserva un factor sorpresa.
La novela esta dividida en tres partes, tituladas con el nombre de cada una de las mujeres amadas por el protagonista, a modo de eje sentimental. Su construcción lineal acompaña una biografía y una trama duras pero expresadas a su vez con aliento poético. Yasmina K. alterna lo intimista y lo realista, lo emotivo y lo trágico. Destacan la maestría en la configuración de sus personajes, el cuidado lenguaje y la bella prosa. Turambo es soñador, la vida le ha tratado mal, pero es capaz de una historia de superación que cuenta con potente voz en tercera persona a través de la que muestra imágenes y reflexiones que dejan una profunda huella. Khadra describe el costumbrismo de Argelia, el choque de civilizaciones, el mundo de los desfavorecidos o la injusticia; un país lleno de contrastes donde hay lugar para los ideales. No se ahorran secuencias violentas o brutales ni referencias a la frecuencia de prostíbulos aunque los apuntes eróticos suelen ser comedidos. El libro consigue atrapar al lector de principio a fin.

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