LOS CASOS DE HORACE RUMPOLE, ABOGADO

El abogado inglés, novelista, autor de teatro y realizador de cine y TV John Mortimer (1929-2009) reúne en Los casos de Horace Rumpole varios de los procesos penales donde interviene como defensor el protagonista de la serie que lleva su nombre.
Socio rebelde del bufete dirigido por su suegro, el honorable C.H. Wystan, se encarga de los casos difíciles o de mayor riesgo que sus compañeros rehúyen, ante el peligro de perder prestigio o debido a los escasos beneficios económicos que reportan. Los procesados, delincuentes comunes o figuras destacadas de la política, solicitan los servicios de Rumpole, seguros de que protegerá sus intereses sin reparar en medios para conseguir la absolución de sus clientes. El abogado penalista, en efecto, utiliza sin escrúpulos cualquier artimaña destinada a confundir a los testigos que declaran contra sus defendidos, e influir en el jurado a base de movilizar sus emociones en el sentido deseado. En ocasiones consigue el veredicto de absolución a pesar de las pruebas acusatorias aunque con frecuencia recibe sentencias contrarias a causa de la torpeza de los propios clientes cuando se niegan a seguir sus instrucciones. El desarrollo de los casos ante los tribunales, narrado con estilo chispeante y sentido del humor típicamente británico, muestra los recursos, imaginación y agilidad mental del abogado Rumpole que, en la victoria o la derrota, supera siempre a sus opositores en cuanto se refiere a la solidez de sus argumentos y al hábil manejo de los términos jurídicos que el autor domina debido a sus años de ejercicio profesional en los tribunales de Londres. Su domino del lenguaje y notable capacidad expresiva queda de manifiesto en la narración de los divertidos episodios familiares con su mujer e hijo, o las disputas que mantiene con sus colegas del foro o de bufete a los que escandaliza por su lenguaje desenfadado y espíritu crítico ante las normas sociales rígidas propias de la buena sociedad londinense. La obra, publicada en 1978, pese al tiempo transcurrido y a los cambios en la práctica jurídica de los tribunales, mantiene su interés para el lector actual debido al acierto al reflejar los mismos vicios, ambiciones, envidias y rivalidades humanas que se muestran hoy en el ejercicio de cualquier trabajo profesional.

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