LOS ESTRATOS

Novela experimental narrada en primera persona por un hombre joven que, antes del momento de iniciarse la acción, ha estado internado en un centro psiquiátrico. Su confusión mental le lleva a desinteresarse del prospero negocio heredado de su padre, hasta llegar a la ruina. Además, debido a su peculiar carácter, la mujer le abandona por tiempo indefinido. En esa situación, se dedica, ayudado por su antigua psiquiatra a localizar el rastro de la niñera que le cuidó de pequeño.
La acción, carente de diálogo, se pierde en retahíla barroca que refleja el errático fluir de una mente y de una conducta viciadas por obsesiones y sueños al margen de la realidad. Quizá el autor (Popayán, Colombia, 1978) haya querido encarnar en su personaje, típico de la narrativa del absurdo, un símbolo de la situación de su país, estratificado en capas sociales separadas radicalmente. Sin embargo, más evidente que esta probable intención de fondo, es que en esta su segunda novela publicada, haya pretendido un ejercicio de búsqueda de modelos expresivos originales antes que lograr la comunicación con el lector. El resultado puede atraer el interés de la crítica, aunque para el público no especializado se trata de una lectura enmarañada y abstrusa basada en figuras borrosas, incluido el personaje central. El deliberado y continuo uso de giros del habla colombiana, resulta de difícil comprensión en el ámbito español. Lo mismo ocurre con las oblicuas referencias a situaciones sociales y políticas propias de su país. El tratamiento de un ser humano tan complejo y alienado como el protagonista da lugar a múltiples quiebros argumentales, saltos espacio-temporales e incluso introducción de textos de procedencias ajenas. Recursos que muestran voluntad de sorprender pero no ayudan a comprender, pese al empleo de un estilo a base de frases cortas y párrafos breves. Lo que queda más claro es que sexo, droga y violencia brutal han sido elementos decisivos, aunque no muy descritos, en su vida.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa