LOS FUTBOLÍSIMOS. 10: EL MISTERIO DEL TESORO PIRATA

Pakete y el resto de los jugadores del equipo infantil llamado los Futbolísimos, del colegio Soto Alto, aparecen en este décimo episodio de la serie que protagonizan cuando se disponen a disputar un partido amistoso contra Los Justos, cuyos miembros son internos de un centro de delincuentes juveniles. El encuentro se desarrolla entre agresiones violentas a los Futbolísimos por parte de Los Justos, que no en vano muestra en su escudo una bandera pirata. Cansados de recibir golpes, ante la absoluta pasividad del árbitro, Pakete y sus compañeros deciden abandonar el campo tras el descanso y no jugar la segunda parte. Sin embargo, esta actitud les supone nuevas complicaciones porque el equipo está amenazado de sanción e incluso de ser expulsado de la Liga Intercentros a la que está afiliado. Por su parte, la capitana de Los Justos, una adolescente condenada por participar en el robo de un banco, le exige en secreto a Pakete que le haga llegar los planos del centro de menores, que el chico puede conseguir entrando en el ordenador de su padre que es policía, para que pueda fugarse. Como es habitual en toda serie, la trama combina elementos de intriga con descripciones pormenorizadas de encuentros futbolísticos, detallando distintos tipos de jugadas y reflejando las reacciones de los jugadores a lo largo del partido, tanto si ganan como si pierden. La acción, muy dinámica, mantiene vivo el interés del relato hasta el desenlace e intercala con frecuencia rasgos de humor para suavizar las situaciones de tensión y o de riesgo. Los personajes se caracterizan por mostrar rasgos ajustados a su condición, de niños o adultos, favorables o contrarios a los protagonistas y el estilo, sin pretensiones literarias, es ágil, está correctamente redactado y su vocabulario excluye términos malsonantes. Ante el cúmulo de problemas que a lo largo de las historia deben superar los nueve jugadores del Futbolísimos, su lema es permanecer siempre unidos y ayudarse ante cualquier eventualidad. Al ser interrogados por los adultos, los chicos mantienen la postura de no mentir ni acusarse unos a otros, fieles a un elevado espíritu de compañerismo.

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