LOS GATOS GUERREROS. LA NUEVA PROFECÍA. 5: CREPÚSCULO

La quinta entrega de la saga “Nueva Profecía” narra los primeros tiempos del asentamiento de los cuatro clanes de los gatos guerreros en los territorios donde se instalaron cuando se vieron obligados a abandonar los que anteriormente ocupaban porque los humanos iban a construir en ellos. La acción se centra en el Clan del Trueno, cuyos miembros ven con pena que el Clan del Viento, una vez asentado en su campamento, no desea mantener con ellos las relaciones de cooperación y amistad que establecieron durante el viaje migratorio.
La novela, concebida como una fábula en prosa, traslada al mundo animal una problemática sociopolítica propia de los seres humanos con el fin de reflejar de forma simbólica situaciones frecuentes en cualquier época y lugar. Las suspicacias entre países vecinos, las luchas intestinas por el poder y la dificultad de mantener el orden interno dentro de una sociedad en crisis, centran un desarrollo argumental que refleja situaciones fácilmente identificables en el mundo real. En general, los miembros del Clan del Trueno representan posturas democráticas, caracterizadas por la compresión hacia la conducta de los demás y el rechazo de la violencia, sustituida por el diálogo y el respeto cuando se trata de contrastar posiciones opuestas. El clan del Viento mantiene en cambio actitudes más aislacionistas y cerradas, debido a cierta sensación de inferioridad y se niega a volver a tiempos anteriores en los que aceptaron ayudas generosas y desinteresadas. Sólo al final, ante un peligro inminente, cambian de conducta y ayudan al Clan del Viento como forma de prevenir el ataque a su propio clan. Este planteamiento de fondo se sustenta externamente en una historia de amor entre una gata del Clan del Viento cuya formación como sanadora implica la renuncia a tener familia propia y un guerrero del Clan del Trueno que la convence para que se alejen de su entorno e inicien una nueva vida, dejando atrás anteriores compromisos. La trama, bien concebida se desarrolla a través de una acción ágil y fluida que mantiene tenso el interés del lector desde el planteamiento hasta el desenlace. El estilo se caracteriza por el predominio de la forma dialogada en términos de sencillez y espontaneidad y por emplear formas expresivas acordes con el carácter atribuido a cada personaje.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa