LOS LIMITES DE NUESTRO INFINITO

Marc Levy narra como Milly, con treinta años cumplidos, trabaja con una beca en la universidad donde ha estudiado Derecho. Su vida es de lo más simple, pero para ella es suficiente. Su gran pasión es su coche Oldsmobile descapotable de 1950 que le regaló su abuela cuando vivía en Santa Fe. Inesperadamente todo da un giro cuando en una gasolinera una desconocida veinte años mayor que ella, que dice llamarse Agatha, le amenaza con una pistola y le exige atravesar el país hasta la costa Oeste de Estados Unidos. A lo largo del extraño viaje al modo de Telma y Louise, ambas mujeres irán entablando amistad. La más joven descubrirá con asombro que su copiloto tiene un pasado complejo relacionado con la cárcel y los federales. Marc Levy en Los límites de nuestro infinito se vale de las revueltas de los años sesenta y setenta en Estados Unidos para dar explicación a las actuaciones de alguno de sus personajes. La guerra de Vietnam, el racismo, el amor libre, intentarán ser la clave de una vida complicada.
Levy, fiel a su estilo, se mueve en varios planos hasta confluir en un destino común de los personajes. El lector llega a sentir simpatía por las dos protagonistas a la vez que es consciente de la irrealidad de la situación en la que se desarrolla la amistad entre ambas. El autor vuelve a plantear la idea de la inocencia, los deseos de libertad interior que huye de la mediocridad, de poseer raíces firmes ancladas en la familia, la verdadera amistad y el verdadero amor. Los límites de nuestro infinito trae al presente unos años llenos de idealismo, de deseos de libertad absoluta, de loca camaradería y de extremismos, a veces violentos, que dejó a muchos jóvenes en el camino. De todo aquello solo quedó una imagen de romanticismo dispuesta a tocar la fibra más sensible de unos jóvenes actuales mucho más complacientes, atrapados en una vida cómoda y anodina.

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