LOS PEORES AÑOS DE MI VIDA. 8: UNA VIDA DE PERROS

En el octavo episodio de la serie que protagoniza, Rafe, un estudiante de Secundaria americano que vive con su familia, madre, abuela y hermana pequeña, se siente un tanto defraudado por la escasa entidad de los regalos que recibe en las fiestas navideñas. Además su madre, que trabaja en un restaurante, está muy ocupada durante esos días y apenas pueden verla. Rafe se consuela jugando con la superconsola que sus padres han regalado a su mejor amigo pero empieza a pensar que debe buscarse algún trabajo, compatible con los estudios, para poder ayudar económicamente a la familia. Paseando a su perro se le ocurre que también podría ofrecerse para pasear los de otras personas por unos pocos dólares. Así comienza un negocio que poco a poco empieza a dejarle pequeñas ganancias hasta que surge un competidor que trabaja por menos dinero. Muy preocupado confía sus problemas a su hermana, una niña muy lista que ha pasado a su misma clase aunque por edad no le corresponde, debido a su nivel intelectual. Entre los dos, diseñan varios planes estratégicos para eliminar a sus rivales después de que fracasaran las negociaciones pacíficas que su madre le recomendó intentar. Rafe, a pesar de sus apuros no quiere hacer juego sucio pero su hermana recurre a ciertos trucos para sacar del negocio a los competidores, aprovechando que no sacan a pasear debidamente a los perros que les encomiendan. La lucha de Rafe para superar las dificultades, no le impide ayudar a un mago jubilado, sacando a su perro a pasear por una remuneración mucho menor que sus habituales tarifas. El autor refleja con acierto el proceso de maduración interior que supone para el protagonista descubrir la forma en que su madre y su abuela se esfuerzan para ayudar a otros más necesitados que ellas y a la vez dejarse ayudar cuando lo necesitan. En comparación con esa actitud valiente, sus modestas aportaciones le parecen escasas, pero está dispuesto encontrar nuevos ingresos que les faciliten una vida más cómoda, para lo que necesita la inestimable ayuda de su hermana, con la que antes se llevaba tan mal. Bien escrita, la historia sin dejar de ser divertida y ocurrente, encierra un mensaje de carácter educativo que realza su contenido.

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