- Editorial: PLANETA
- Año de edición: 2017
- Materia: Novela policiaca y de misterio. Novela negra
- ISBN: 978-84-08-16945-1
- Páginas: 448
- Encuadernación: Cartoné
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) continúa en Los Ritos del agua la acción de la primera entrega de una trilogía cuyo título era El silencio de la ciudad blanca. Ambas novelas están ambientadas en Vitoria y comparten los mismos protagonistas, el inspector Unai López de Ayala y su jefa, la subcomisaria Alba Díaz de Salvatierra, miembros de la de la policía autonómica del País Vasco.
Unai, sin recuperarse del todo de la pérdida del habla a causa de las graves heridas recibidas en el episodio anterior, se reincorpora al servicio activo al aparecer colgado de una rama y cabeza abajo el cadáver de Ana Belén, su novia de juventud. Los indicios apuntan a un crimen ritual, ya que el cuerpo, suspendido de los tobillos y con las manos atadas a la espalda, presenta el rostro sumergido en el agua de un caldero de cobre de origen celta. La muerte se ha producido por asfixia, una vez comprobada la presencia de agua en los pulmones de la víctima. Al examinar las circunstancias del caso, Unai recuerda el momento en que conoció a Ana Belén, cuando asistió en 1992, junto a cuatro de sus compañeros de clase, a un curso de verano en la costa de Cantabria para estudiar las costumbres de los pueblos celtas. Entre ellas les llamó la atención la crueldad de la muerte por inmersión acuática infligida a los condenados, pendientes de las ramas de los árboles en ríos, estanques o recipientes de agua en los que se introducía la cabeza del reo hasta morir. El inspector no tardó en considerar que el asesinato de la mujer debía guardar algún tipo de relación con personas conocedoras de tan bárbaras costumbres, por lo que se esforzó en recuperar la memoria de lo sucedido en aquellas lejanos años noventa. El perfil humano y psicológico de la Ana Belén adolescente, ya mostraba síntomas alarmantes de precocidad malsana que le impulsó a seducir a los cuatro inmaduros colegiales con los que mantuvo relaciones por separado bajo promesa de ser los únicos en su vida. En la actualidad, los agentes descubren que la víctima se encontraba embarazada, tras convertirse en la amante de uno de los antiguos asistentes al curso de verano, que se perfila como sospechoso del crimen. Mientras se desarrollan las pesquisas, aparece ahogado en un estaque, según el mismo rito celta, otro de los alumnos de aquel curso lo que obliga a la policía a modificar las hipótesis manejadas hasta el momento. El paisaje natural y urbano de la capital alavesa junto al colorido que anima las fiestas populares, cobran especial relieve en una trama ágil que la autora rodea de elementos de misterio tomados de viejas tradiciones cántabras y vascongadas. La acción, que se desenvuelve con acertado ritmo a través de los distintos episodios, muestra en todo momento un estilo sobrio y preciso, tanto en las descripciones de ambientes como en los diálogos cortos que recogen fielmente la mentalidad y carácter del pueblo vasco. La total ausencia de normas morales, numerosos adulterios, enredos e infidelidades conyugales que rodean las actividades de los personajes, junto a contadas escenas de sexo, pueden afectar negativamente la sensibilidad del lector.
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