LOS SOLTEROS

Los personajes centrales de esta novela tienen variados orígenes sociales, profesiones u ocupaciones muy diversas y diferentes edades. Sin embargo coinciden en pertenecer al género masculino, ser de nacionalidad inglesa, vivir en Londres y obstinarse en permanecer solteros, aunque se interesen por la belleza femenina.
La autora reúne a todos en torno al proceso judicial al que se somete a uno de ellos, supuesto médium, acusado de que, a cuenta de sus poderes, ha inducido a una viuda, de modestos recursos materiales y cortos alcances mentales, a entregarle sus ahorros. A la espera del juicio, la obra narra con estilo preciso, brillante y afilado, la vida cotidiana de estos solteros pertinaces, por medio de continuos diálogos, según su habitual modo de conducir el desarrollo del argumento. De las conversaciones que unos mantienen con otros extrae el lector los hilos que componen el tejido novelístico, sin que apenas haya referencias o descripciones externas que le informen objetivamente de lo que sucede en el interior de la trama. Cómo y de qué viven, sus relaciones familiares y de amistad, su trabajo, si lo tienen, son objeto de tratamiento minucioso, como si la autora al analizar tales factores quisiera comprender la conducta de unos personajes que parecen haber escapado a su control. Ya se trate de un abogado, un falso mentalista, un ex clérigo anglicano homosexual que explota a varias jóvenes, o del médium que seduce a una joven camarera y la deja embarazada, todos actúan de modo un tanto escandaloso que se contempla con un humor donde late una crítica severa contra una sociedad cambiante, donde el sexo empieza a ocupar el lugar del amor. La obra, fechada en 1960, pertenece a la primera etapa creativa de M. Spark (1918-2006) quien llegó a ser Dama del Imperio Británico por sus méritos literarios.

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