- Editorial: SALAMANDRA
- Año de edición: 2019
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-9838-949-4
- Páginas: 448
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Narrativa
- Idioma: Español
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Nacida en 1939 en Canadá, Margaret Atwood es autora de más de 60 obras. En 2008, por el conjunto de su trayectoria, recibió el Premio Príncipe Asturias. A pesar de ser una escritora de reconocido prestigio, no había conseguido el éxito popular hasta la adaptación televisiva de La hija de la criada, novela que publicó en 1985 y que se ha convertido, por encima incluso de las pretensiones de la autora, en uno de los contemporáneos buques insignias del feminismo más radical.
La hija de la criada es una distopía futurista que denuncia los totalitarismos que acaban conformando la vida de las personas a su antojo. Atwood, inspirándose en obras conocidas del género, como las de Aldous Huxley y George Orwell, crea en Estados Unidos, tras un golpe de estado, un estado absolutista, Gilead, que se convierte en una "teocracia puritana" que en sus principios se inspira en el Antiguo Testamento y que ha convertido a la mujer en un mero objeto de reproducción. Buena parte del atractivo de la novela se basaba en el diseño de ese estado, controlado por los Ojos y los Ángeles, gobernando por los Comandantes, todos hombres, y donde las mujeres están divididas en castas (Esposas, Tías, Marthas, Criadas), donde el escalón más bajo lo ocupan las Criadas, mujeres que deben ser fértiles y cuyo único cometido es la procreación. Con originalidad, aunque de manera un tanto previsible en su desarrollo, la novela describía el funcionamiento de esta sociedad y la total marginación de la mujer, rebajada a la condición de esclava sexual.
Los testamentos es una secuela de La hija de la criada. Transcurre quince años después y todo gira en torno a la actividad que desarrollan las Tías, que ocupan un lugar privilegiado en la estructura social y política de Gilead pues son las principales educadoras de las mujeres destinadas a ser Esposas. La novela alterna tres historias que, nos enteramos al final de la novela, se han presentado en un Congreso sobre Gilead celebrado muchas décadas después de los acontecimientos, testimonios que han servido para explicar mejor las claves del proceso de degeneración, corrupción y desaparición de Gilead.
El manuscrito denominado "El ológrafo de la Casa Ardua" está escrito por Tía Lydia, que ocupa el lugar más alto en el escalafón de las Tías. Lydia fue reclutada tras el golpe de estado que convirtió a Gilead en una dictadura. Ella aceptó el papel que le propuso uno de los cabecillas, el Comandante Judd, y ahora es una pieza fundamental para el régimen. Pero Lydia, testigo directo de la corrupción de los líderes de Gilead, no acepta ese papel y se va a dedicar en la novela, de manera clandestina, a preparar todo para que Gilead se derrumbe. Otra historia, la transcripción del testimonio del testigo 369A, la protagoniza Agnes Jemina, aparentemente la hija de un Comandante y de su Esposa Tabitha, pues su historia está llena de secretos; tras la muerte de la madre, Tabitha, Agnes queda en manos de Paula, la madrastra, que solo piensa en deshacerse de ella buscando un matrimonio ventajoso. La última historia, también otra transcripción de un testigo, 369B, cuenta la vida en Canadá de Jade, también aparentemente la hija de Neil y Melanie, ambos pertenecientes a Mayday, organización que se dedica a rescatar a personas, sobre todo Criadas, que deciden escaparse de Gilead.
Las tres historias avanzan en paralelo y acaban de confluir, tras muchas peripecias, en la Casa Ardua, la sede central de las Tías. Allí se descubren todas las cartas: quiénes son en realidad Agnes y Jade y el papel que está desempeñando Lydia. Gracias a ellas, el fin de Gilead está cerca.
La novela se centra en las vidas de cada una de estas tres mujeres y en sus circunstancias familiares y personales, que determinan su evolución y sus acciones. Todo lo relacionado con la configuración del estado de Gilead y su ideología suena ya a reiterativo, pues se explotó suficientemente en la primera novela, La hija de la criada. La autora centra la novela en el proceso de descomposición del régimen, destacando los conocimientos que tiene Tía Lydia y su entrega a destruir lo conseguido por Gilead. La trama se resuelve con algunas casualidades que rebajan la calidad de la trama. Atwood critica los fundamentos ideológicos de Gilead, basados en la manipulación de la biblia, y en un concepto autoritario y dogmático de Dios que la autora también cuestiona en esta novela y que son en parte las causas de la descomposición de Gilead, un régimen sostenido en la mentira.
TROA
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