LOS VOLCANOS ¡A TODO GAS!

Los volcanos son unas pequeñas criaturas, a modo de duendes, que viven en las chimeneas de unos grandes volcanes, rodeados de campos de ortigas, pantanos húmedos y llanuras neblinosas. Crato y Flambia son dos pequeños volcanitos, muy amigos entre sí aunque sus respectivas familias llevan tiempo enemistadas. Cuando el puente sobre el río que separa los volcanes donde viven cada uno de ellos se rompe debido a una riada, no consiguen interesar a los mayores en su reparación porque no se visitan nunca. Sin embargo Crato no está dispuesto a dejar de jugar con su amiga y de acuerdo con ella, prepara diversos planes para unir ambas orillas. La historia de cómo lo consigue está bien contada, con estilo sencillo y notable imaginación. Su contenido pone de manifiesto la importancia de la amistad y lo absurdo de las enemistades perpetuas, basadas en motivos que ya casi no se recuerdan y en razonamientos injustificados. La autora incluye en el tratamiento argumental abundantes referencias humorísticas que aluden al paralelismo entre los gases que expulsan los volcanes y el vulcanismo intestinal de los protagonistas que, incluso les sirve de elemento impulsor para atravesar el río que los separa, en una improvisada tirolina. Este recurso de mal gusto y poco delicado, aunque responde a la afición infantil por las bromas relacionadas con temas fecales, resulta demasiado reiterado y sobrado de detalles descriptivos.

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