LUCÍA EN LONDRES

Lucía en Londres es el tercer relato de la serie que el novelista británico Edward Frederic Benson (1867-1940) dedica a Emmeline Lucas (Lucía para los amigos) señora adinerada que vive en el pueblo isabelino de Riseholme, situado a cuatro horas de distancia de Londres. En torno a ella se reúne una corte de admiradores de la que forman parte su marido y un amigo solterón aficionado a las labores de aguja, además de varias vecinas. Solamente una famosa cantante de ópera, que eligió Riseholme como lugar de descanso entre sus actuaciones, escapa a la atracción de la dama, y tiende a criticar su esnobismo. En este episodio de sus aventuras, publicado originalmente en 1927, el marido de Lucía hereda de una tía una lujosa mansión en Londres y el matrimonio se traslada a pasar en la capital los meses en que ésta se convierte en escenario de las fiestas de la alta sociedad.
La acción, localizada en la época en que la obra fue escrita, narra la entrada de la protagonista en un mundo de aristócratas excéntricos, nobles arruinados, nuevos ricos, casas señoriales y fastuosos bailes. En este entorno, Lucía fascina y recibe numerosas invitaciones a pesar de su evidente falta de distinción, por ser diferente y debido a que su absurdo empeño en representar un papel que no es el suyo, les resulta muy pintoresco a los anfitriones de la alta sociedad. Mientras tanto, sus paisanos de Riseholme están dolidos al sentirse preteridos y se comprometen a hacérselo notar si alguna vez regresa, como al final sucede. El autor se sirve de este entramado de frivolidades irrelevantes para realizar una crítica ingeniosa, acerada y divertida de los ambientes que retrata, ya sean de la gran ciudad o de una pequeña población. En uno y otro caso, Lucía muestra grandes dotes persuasivas, conducta afectada, deseo de prevalecer sobre los demás y afán por seguir nuevas modas ya sea participar en sesiones espiritistas o en jugar al golf, de un modo que resulta entre ridículo y conmovedor. Bien escrita, con estilo incisivo y técnica narrativa ágil, la obra consigue una atmósfera ambiental verosímil, aunque perfilada con trazos caricaturescos.

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