MAPA DE SOLEDADES

Un ensayo sobre la soledad puede resultar abrumador, especialmente si cuenta con cuatrocientas páginas. Para captar al lector, necesita un enfoque atractivo y una mano experta. Este Mapa de soledades tiene ambas cualidades. Aunque esté protagonizado por personajes solitarios -forzosos o voluntarios, humanos, animales o, incluso, geográficos, poco importa- en ningún momento nos sentimos solos. Paradójicamente, la presencia del autor se hace sentir en cada línea. Casi podemos escucharlo. Palparlo. Percibimos su relación íntima con la soledad y la solitud.
Juan Gómez Bárcena logra convencernos de que la soledad es una parte ineludible de la condición humana. A través de trece escenarios geográficos, nos presenta personas de diversas épocas y condiciones, cada una explorando las muchas facetas de la soledad. A veces el autor utiliza los pensamientos que ellas dejaron por escrito. Otras, es su habilidad narrativa la que salva la situación. En uno u otro caso, su estilo de escritura y el manejo del ritmo hacen que la veracidad de las fuentes no nos importe demasiado.
También perdonamos lo que no pasaríamos por alto en otros ensayos. La escala manejada para este Mapa de soledades no permite explorar los detalles. Algunas ideas brillantes apuntadas en el texto se muestran aún más esquivas que las numerosas fuentes que Gómez Bárcena ha manejado para este texto, asistemáticamente recogidas al término de la obra. Es igualmente evidente que, como todas las representaciones cartográficas, también este mapa tiene sus deformaciones. La perspectiva posmoderna del autor da sentido a muchas de las soledades narradas, atribuyéndoles un sentimiento que seguramente nunca existió.
Nada de esto disminuye el valor del libro, pues la habilidad de Gómez Bárcena convierte la obra en un trabajo sólido. Es un texto que disfrutarán tanto quienes recelan del género ensayístico por su tono arduo, como los lectores que dudan de la calidad de la narrativa contemporánea. En definitiva, Mapa de soledades demuestra que la literatura no ha perdido su capacidad de hacernos llevaderas, atractivas incluso, las temáticas más oscuras de este siglo.

TROA