- Editorial: FUNAMBULISTA
- Año de edición: 2023
- Materia: Memorias. Diarios
- ISBN: 978-84-126587-5-0
- Páginas: 352
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Grandes Clásicos
- Idioma: Español
21,00 €
Alerta disponibilidad online21,00 €
Madame Campan, nacida en París en 1752, era hija del primer oficial en relaciones exteriores durante el reinado de Luis XV. Su buena situación familiar le permitió instruirse en literatura, danza, música y el dominio de varios idiomas. Con doce años llamaba la atención su gran habilidad para la lectura y a los quince fue reclamada por la corte para ocupar el puesto de lectora de las hijas del rey. Cuando en 1770 llegó de Austria la archiduquesa María Antonieta para casarse con el que sería Luis XVI, Madame Campan pasó a ser su primera dama hasta 1792, momento en el que la familia real fue apresada por los instigadores de la Revolución y posteriormente decapitada. Pudiendo huir del régimen del Terror, fundó escuelas para muchachas jóvenes de las que se ocupó personalmente. Al final de su vida hubo de retirarse en Mantes acusada de traidora tras la Restauración. Allí ocupó gran parte de su tiempo en escribir, entre otras, las memorias de la reina María Antonieta durante el tiempo que estuvo a su servicio. Todos sus escritos fueron editados póstumamente. A su muerte, en 1822, Jean-François Barrière (1786-1868), historiador y periodista del Journal des débats, editó estas memorias.
Madame Campan, mujer culta e inteligente, presenta el aspecto más personal de la vida de la reina. Intenta con objetividad desmentir algunas leyendas en torno a la realeza y trasmitir una imagen de la mujer a la que, según su testimonio, se ha tratado injustamente por las intrigas palaciegas de aquellos que ansiaban conseguir favores y poder. María Antonieta fue muchas veces calumniada, malinterpretada y, sobre todo, mal aconsejada por un maestro falto de inteligencia, una inoportuna dama de honor y una madre, emperatriz de Austria, excesivamente despegada dejando a la que era apenas una niña a merced de quienes no deseaban una austriaca en la corte.
Destaca en ella las cualidades de sobriedad y decencia, así como veladora de la moral y la conducta de sus jóvenes damas de compañía, además de haber sido una amante y fiel esposa y cariñosísima madre, concluyendo que María Antonieta no fue más que una víctima del tiempo en el que que le tocó vivir.
Encarnita Herraiz
Añadir a mis favoritos
Compartir