MI AÑO CON SALINGER

En 1996, terminada su licenciatura en Londres y con apenas veinticuatro años, Joanna Rakoff regresa a Estados Unidos con la ilusión de comenzar una vida de independencia por estrenar: un primer empleo en una agencia literaria, un nuevo novio, nuevas amistades, un nuevo apartamento, pero también nuevas facturas, nuevos retos, y nuevas responsabilidades. Apasionada de la literatura y con aspiraciones a escritora, Joanna cree haber logrado el lugar adecuado para desarrollar sus capacidades en este campo. Soportando estoicamente la simplicidad de su cometido en la agencia, no perderá la esperanza de lograr abrirse camino entre los experimentados agentes literarios, a pesar de que objetivamente todo parece indicar lo contrario. Una de sus principales tareas será leer y dar contestación a las innumerables cartas que reciben de los fans de Salinger, descubierto y representado por la agencia desde que comenzara su carrera como escritor.
Con una novela que la misma autora describe como de silenciosa por mostrar sencillamente la vida de personas corrientes, Joanna Rakoff toma pie de su propia experiencia para hacer una exposición certera sobre la edición, los libros, las nuevas tecnologías que arrinconan todo atisbo de romanticismo editorial y la vida. Los libros de una u otra manera afectan al lector íntimamente, y escribirlos por un fin económico, o para ser aceptadas, no dejan de ser un triste negocio que engaña al corazón de quien busca identificarse con el protagonista al que se decide acompañar en su trayectoria. El retrato del legendario escritor J.D. Salinger, hecho por Joanna con ayuda de las cartas de sus fans a las que ha de dar contestación, está dibujado con una exquisita sencillez que no deja de fascinar.
Una novela de apariencia monocorde dirigida a un público que se siente “calladamente emocional”.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa