- Editorial: RBA LIBROS
- Año de edición: 2017
- Materia: Novela policiaca y de misterio. Novela negra
- ISBN: 978-84-9056-105-8
- Páginas: 416
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Séptimo episodio de la serie protagonizada por el inspector de la Brigada Criminal de Edimburgo John Rebus, personaje que ha convertido al escritor escocés Ian Rankin (Cardeden, 1960) en uno de los autores más conocidos del género de novela negra dentro y fuera de su país. La acción de Muerte helada transcurre en el duro invierno escocés, que añade a las complicaciones propias de cualquier investigación, las dificultades derivadas de la lluvia, el viento y la nieve que aumentan los riesgos de la policía en el cumplimiento de su misión.
Mientras un atardecer los agentes, en varios vehículos, persiguen a los supuestos raptores de la adolescente Kirstie Kennedy, hija del alcalde de la ciudad, al rebasar un puente elevado sobre el mar se produce un accidente en cadena que deja heridos al inspector Rebus y al conductor del coche policial. Al verse rodeados, los secuestradores, dos inexpertos jóvenes, se arrojan a las aguas en un acto suicida que acaba con sus vidas. Repuesto de las contusiones, Rebus decide investigar las circunstancias del extraño caso, hasta descubrir que la chica, tras abandonar voluntariamente el hogar familiar, fingió el rapto para obtener de su padre una fuerte suma como rescate. Algún tiempo después, un delincuente recién salido de la cárcel, se vuela la cabeza con una escopeta recortada, en presencia de un concejal del Ayuntamiento que, días más tarde, aparece asesinado en el callejón de una barriada de mala nota. Las investigaciones del inspector apuntan a que, tanto los casos de suicidio de los falsos secuestradores y del ex presidiario como el asesinato del concejal forman parte de una trama de largo alcance que destacados políticos, empresarios y autoridades locales se muestran interesados en ocultar. Rebus recibe presiones de sus jefes para dar el caso por concluido, bajo la amenaza de apartarlo del servicio temporal o definitivamente si persiste en sus propósitos de llevar ante la justicia a los sospechosos. Convocado a una reunión de urgencia, los implicados, entre los que figura el alcalde y algún alto cargo de la policía, le plantean al inspector la disyuntiva de que, o bien deberá permanece en silencio, o provocar una crisis que supondría el cierre de varias empresas y prósperos negocios de Escocia al imputar a sus gestores en actividades delictivas castigadas con penas de cárcel. Durante la reunión, Rebus dedica aceradas críticas al cinismo de sus oponentes y rechaza la validez de unos argumentos que pretenden justificar sus delitos con el pretexto de crear puestos de trabajo, cuando solo tratan de asegurar la permanencia de sus propias fortunas. El inspector no cede ante las falsas razones de aquel selecto grupo de facinerosos y se mantiene íntegro hasta un final abierto en el que, debido a las limitaciones de su cargo, se ve incapacitado para actuar en conciencia. Con una prosa cuidada y excelente ambientación local, la figura del protagonista adquiere una dimensión humana de rectitud y honestidad que predomina sobre el fondo de una intriga policiaca desarrollada con el estilo descarnado y rudo propio del género de novela negra.
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