MUJER BAJANDO UNA ESCALERA

Mujer bajando una escalera es la nueva entrega del escritor alemán Bernhard Schlink que arranca en Sídney cuando el abogado Karchinger Kunze que ha viajado a esa ciudad contempla en una galería de arte un cuadro del pintor Karl Schwind que muestra a una mujer desnuda descendiendo por una escalera. Intenta averiguar cómo ha llegado allí el cuadro, desaparecido hasta entonces, ya que la imagen representada corresponde a una mujer llamada Irene Gundlach con quien él estuvo en contacto así como con su autor y con el propietario del cuadro, el empresario Peter Gundlach. Cuarenta años atrás, en Alemania el pintor e Irene se dirigieron a la oficina de Karchinger acusando al empresario de haber dañado el cuadro, una pintura muy estimada por ser el retrato de su amante y ex esposa de Peter Gundlach. Este asunto da lugar a un peculiar triángulo amoroso junto a un robo y a una huida, asunto en el que se ve implicado el abogado quien cuando Irene se encuentra enferma en una situación en la que no puede valerse vale por si misma se queda con ella para cuidarla.
Schlink presenta una trama ingeniosa con una construcción algo desestructurada a base de la técnica del flash back que espiga retazos de una trama intrigante y con una forma de contar que avanza y retrocede que reclama atención por parte del lector. Con prosa eficaz, sobria y brillante, el autor describe la lucha tanto por el cuadro como por la mujer, tema central del libro, así como una historia amorosa a tres bandas sin descripciones que resaltar y entrelazada con reflexiones acerca del amor, el engaño, la fragilidad humana, la pérdida, la identidad o los sistemas políticos. La obra ofrece un ritmo muy ligero que hace que todo parezca fugaz. Sutil, delicada y compleja novela, contada desde el punto de vista del abogado que aborda los temas sin dramatismo.

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