MÚSICA BLANCA

"Este escrito es una creación literaria que tiene como objetivo el intento de compartir una parte de los sentimientos, las realidades y los misterios que viví junto a mi madre, Carmen Laforet, en los últimos años de su vida". Así define textualmente la autora el contenido de esta obra que, si bien es cierto que se centra en la etapa del declinar físico y mental de la escritora, indirectamente también alude a su infancia en Canarias, a su matrimonio con el crítico Manuel Cerezales y al nacimiento de sus cinco hijos y de sus varios nietos y biznietos.
En esencia, se trata de una biografía realizada de un modo inusual, con pocos, desdibujados y fragmentarios datos concretos y mucha elaboración intimista sobre la relación afectiva que vincula a madre e hija. No se pretende contar con precisión la vida de la protagonista, sino los sentimientos e inquietudes que mejor la definieron en las distintas etapas de su vida, y el entorno en que transcurrió cada una de éstas. La intención de fondo es reflejar, con evidente amor filial, el carácter de una mujer con grandes dotes artísticas y humanas pero enferma, durante años, de graves alteraciones psíquicas. Escrita a dos voces, la de la autora y la de su personaje, la obra está muy cuidada en cuanto a técnica y estilo y su método expositivo resulta original, a la vez que discreto y respetuoso. Su contenido no desvela todo pero insinúa mucho sobre la misteriosa novelista que desapareció muy pronto del mundo editorial, después de haber irrumpido en él con singular fuerza.

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