NIÑERA DE MONSTRUOS. 1: LOS GRERK

Nelly Morton preguntó una vez a su padre por qué si los monstruos existen ella no había visto nunca al menos uno. Cuando él le contestó que no podían salir porque nadie quería quedarse cuidando a sus hijos, decidió que esa sería su ocupación al salir del colegio y los fines de semana. La obra, primera de una serie, narra lo que ocurrió cuando solicitaron sus servicios los Grerk, una simpática pareja con cuatro ojos rosas, una enorme cabeza verde, dos lenguas colgantes de color naranja y cuatro viscosos tentáculos. Con un cachorro a tono y en una casa más monstruosa que sus dueños, Nelly pasa dos horas emocionantes y movidas que le compensan de la incomodidad de convivir de modo cotidiano con una hermana gemela, idéntica a ella exteriormente pero cuyo modo de ser incluye exigencias de orden, limpieza y normalidad absolutos. Escritas en tono humorístico, las andanzas de la cuidadora de monstruos son divertidas, ingeniosas y con la dosis de elementos antiestéticos y repugnantes suficientes para los gustos infantiles, sin caer en excesos. La redacción es correcta, aunque es evidente que no pretende tener rango literario.

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