NO ME IRÉ SIN DECIRTE ADÓNDE VOY

Libro de autoayuda novelado llevado al cine. Ambientado en Paris, narra la vida de Alan que ha tenido una triste infancia, su madre ha muerto y nunca supo quien era su padre. Actualmente trabaja como consultor en una financiera donde tiene problemas de prestigio y autoestima, además ha roto con su novia. Desesperado, decide suicidarse arrojándose desde la Torre Eiffel pero cuando está a punto de tirarse un individuo, llamado Dubreil, se lo impide. A partir de ese momento será su asesor personal y le ayudará a cambiar sus planteamientos de vida y a ser feliz. Alan sigue sus consejos y su vida mejora. El final es sorprendente.
La narración se desarrolla en primera persona -en boca del protagonista, con un estilo directo y algo entrecortado, cierto toque de originalidad y un abundante sentido del humor expresado a través de un lenguaje sencillo y claro. El autor elabora una novela con todos sus elementos como envoltorio de un programa de autoayuda y, por lo general, consigue ser ameno y cerrar el libro con un giro inesperado.A través de los numerosos diálogos entre los dos personajes fundamentales se muestra una filosofía bastante sencilla pero que puede ayudar a determinadas personas, así como un amplio elenco de consejos de autoayuda, todos de sentido común y con un tono positivo.

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