NO TEMBLAR NI AUNQUE TE CORTEN LA CABEZA

Luis Ventoso (La Coruña, 1964), columnista y director adjunto de ABC y apasionado de lo inglés, con una mirada que mezcla ironía y conocimiento profundo, escribe este libro resultado de su exploración durante años que ha vivido en Londres, un recorrido por todos los recovecos del alma británica con afecto, pero también con mordacidad y siempre con inteligencia. El autor admira las características del pueblo inglés, las normas de cortesía, el pudor de su comportamiento emocional, la pasión por los animales, el humor y su aprecio por lo excéntrico. Le gusta de Inglaterra, parte mayoritaria de Reino Unido, hasta el clima lluvioso. Como él mismo apunta en la introducción, no pretende hablar solamente del Brexit, su intención es más amplia, pretende reflexionar sobre las características de un país que siempre ha sido un modelo para otros países. Desde el London Bridge, reflexiona sobre el atentado terrorista del día anterior, a cinco días de las elecciones generales, y muy próximo del atentado de Manchester. Los ingleses han comprobado que el multiculturalismo tiene sus límites, a pesar de que Londres es la ciudad de la tolerancia como se pueden comprobar al ver su gran mezquita, la basílica católica de Newman y la importante sinagoga de la ciudad. En la primera parte, considera algunos sucesos de la historia de Inglaterra, costumbres, música, las carreras de caballos, el gusto por la bebida; también, en otro orden de cosas, la aportación a la democracia de Inglaterra, la seguridad jurídica de un país que atrae a la inversión de capitales y la apertura a la entrada de los emigrantes que ha ayudado a dinamizar la economía. En la segunda parte, analiza la llegada del Brexit. Considera que no solucionará los problemas, ya que Inglaterra tenía una prosperidad basada en endeudamiento imprudente en la etapa del Primer Ministro Blair, la irrupción en el mercado de las importaciones desde países asiáticos (China) de menor coste y la mano de obra más barata de los países del este. Por todo ello, existía una gran cantera de descontentos en el país que votaron el Brexit, cuyo éxito o fracaso estará en función de cómo se desarrolle la marcha de la economía. No parece que se consiga una mejora, situación de la que ya se habían dado cuenta los ciudadanos londinenses que no votaron la salida de la UE.

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