PARADERO DESCONOCIDO

El poemario Paradero desconocido de Benjamín Prado permite cierto diagnóstico sobre el género lírico. La poesía actual a menudo se nos muestra como un ejercicio de autoayuda. El individualismo feroz que nos invade dificulta al poeta universalizar la propia experiencia, que ha sido siempre el mester de la poesía. Además, el coloquialismo y el prosaísmo de la expresión lingüística particularizan aún más los versos, y ni siquiera ofrecen la oportunidad de admirar la pericia retórica del poeta. El desdén por la forma métrica unido a un lenguaje poco transfigurado dan la impresión de unos párrafos prosaicos dispuestos en forma de poema. Por lo demás, parece de buen tono mostrarse neopagano destilando desesperanza. “En la vida no está todo tan claro”. “El mar de Santander me ha enseñado a no estar solo”. “Tú tienes tu opinión y yo tengo la mía”. Son frases coloquiales que quedan romas en un poema. Algunos poemas de Prado, sin embargo, como Segundo tango del viudo han optado por una forma cuidada y una palabra transfigurada: “un verso que no apuntas / y se marcha”.

Antonio Barnés