- Editorial: DÍAZ DE SANTOS
- Año de edición: 2018
- Materia: Problemas sociales
- ISBN: 978-84-9052-212-7
- Páginas: 136
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Estamos presenciando el más atroz y violento atraco que la sociedad española va a sufrir a manos del capital globalizado y con la colaboración necesaria dela casta política tradicional y la inexperiencia de la recién llegada caspa política. A la generación del baby boom le pretenden sesgar su salario vitalicio diferido. Su pensión. Un derecho reconocido y garantizado en la Constitucióncomo pilar de la suficiencia económica para ciudadanos en la tercera edad (Artículo 50. Capítulo 3º, Título I). Ciudadanos que, en muchos casos, ya no sonadmitidos en el mundo laboral y a los que ahora se les niega la pensión pero se les exige voto, consumo y tributos. Si los desahucios, los excesos de la banca y las preferentes nos parecieron de una desvergüenza sin igual, la brutal gestión que se pretende hacer con las pensiones hará que la generación más mimada de la historia, la del baby boom, llegue a la vejez casi en estado de esclavitud. Esto es, sin patrimonio y sin jubilación, pero con la obligación de consumir, tributar y votar.Tanto el globalizado sistema económico capitalista neoliberal como el sistema político democrático incapaz y miope, ante la ignaviao apatía del ciudadano están cometiendo un acto bélico más. Un acto bélico enel siglo XXI no requiere del uso de armas sino de violencia legislativa y económica. Sesgar vidas no solo se consigue con la violencia física sino también con la económica. Porque no es vida la de un ciudadano que a los 30 años aún noha trabajado, ni la de un ciudadano que desde los 30 años no trabajará jamás,ni la de un anciano que tras trabajar 30 años no ve reconocido su salario diferido. Todo provocado por la inacción de unos políticos que ni han sabido anticipar una pirámide poblacional invertida ni han querido desarrollar un nuevotejido empresarial que dé respuesta a dicho cambio intergeneracional. En el fondo de todo este escenario está el Capital, sin rostro ni localización. Por todo ello y ante la total ignavia de los ciudadanos que no ejercen sus funciones ni como demócratas ni como agentes económicos, el Capital se frota las manossabiendo que tiene la batalla prácticamente ganada.
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