PEPE PIENSA... ¡NO ES JUSTO!

En este cuarto episodio de la serie que protagoniza, Pepe se queja de algo que le parece injusto: a los adultos se les permite hacer lo que les apetece y, en cambio, a los niños, no. Su padre le explica los motivos. Esas prohibiciones que le imponen no son para fastidiarle sino para evitar que sufra daños por ignorancia de los riesgos. Comer bombones en exceso, salir sólo a la calle o ver TV demasiadas horas, sería perjudicial para él aunque le parezca muy agradable. Por otra parte, no es cierto que los mayores hagan siempre lo que quieran. Su conducta se ve limitada por la obligación de no molestar o causar perjuicios a las personas de alrededor. La obra consigue, con un texto muy breve, proporcionar unas lecciones educativas sensatas, formuladas de modo comprensible para el público al que van dirigidas. El apéndice de propuestas para dialogar con los niños sobre los temas tratados en esta historia resulta muy útil como orientación para los adultos. Las ilustraciones resultan oportunas y bien realizadas.

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