PEREGRINOS

Sofía Segovia, nacida en México en 1965, escribe su tercera novela tras el éxito que le reportó El murmullo de las abejas (novela que incluimos en nuestro Folleto “150 Libros Imprescindibles”), una novela realista y enternecedora. En esta ocasión y tomando las libertades propias de la ficción, la autora se apoya en hechos reales que acontecieron durante la Segunda Guerra Mundial en la región de la extinta Prusia para contar una historia de deseos de paz y de fraternidad entre los pueblos.
Al acabar la Primera Guerra Mundial abdicó el último rey prusiano, Guillermo II, estipulando entonces el Tratado de Versalles la anexión de gran parte del territorio de Prusia a la recién establecida Polonia, dejando a la zona oriental totalmente separada del resto de Alemania. En 1933 y tras ciertas maniobras políticas, Adolf Hitler tomaría el poder. En este contexto histórico se desarrollan las vidas de dos familias prusianas, los Schipper y los Hahlbrock. Las primeras esperanzas puestas en el Führer que logró el milagro de abolir el hambre de los alemanes y que pretendía conseguir de nuevo la hegemonía de Alemania frente a Europa, pronto se verían truncadas cuando descubren que no es más que un patán dispuesto a lograr sus propósitos a cualquier precio. Inmersos en la guerra, las dos familias iniciarán un peregrinaje hacia tierras más seguras una vez que llegan los rusos y las promesas de victoria por parte del gobierno desaparecen.
Arno Schipper e Ilse Hahlbrock son dos niños de apenas nueve años que siguiendo a sus familias ignoran lo que les deparará el futuro en un éxodo repleto de dificultades. Los dos buscan escapar de una destrucción que no entienden, del hambre que les devora y de una muerte incierta. Sin embargo, toda la maldad que les rodea no será capaz de arrebatarles la esperanza en una paz duradera en algún lugar donde la vida sea posible.
La autora se inspira en hechos reales para contar de manera muy particular uno de los peores acontecimientos de la Historia reciente. Se apoya no tanto en los acontecimientos bélicos, sino en la cotidianidad y los sentimientos de quienes tuvieron que sufrir una realidad tan amarga. Los razonamientos y actuaciones de los personajes infantiles aportan ternura a una novela que no siempre logra aunar los distintos elementos de la narración. Las vidas que se cuentan aparecen como relatos paralelos que narrados en capítulos alternos no consiguen relacionarse entre sí salvo por la localización geográfica hasta alcanzar el final del relato.
Hay que destacar el interés de la autora por superar la idea de que todos los alemanes fueron culpables de los horrores de la guerra y adeptos al régimen nazi, pero ese interés no logra dar forma a personajes sólidos y definidos.
Como es habitual en la autora, el estilo es expresivo, con detalladas descripciones, modismos locales que podrá ser más o menos del gusto del lector, introducción de diálogos, cambios de escenario y frecuentes llamadas a los sentimientos y emociones.

Encarnita Herraiz