PETIT PARIS

1943. El comisario Polo va a París desde Granada en misión vagamente oficial tras la pista de cuatro kilos de oro. La ciudad está controlada por la Gestapo. La realidad es complicada y fina la línea entre el hampa y la autoridad. Todo tiene un precio: arte, información, salvoconductos, tabaco, medicina, y hasta la vida. Y, antes que nada, las pasiones humanas y el interés propio, que mandan sobre cualquier otra cosa, y pasan por encima de todo. Polo se ve metido en el centro de una red de muertes, mentiras y medias verdades donde nada es lo que parece. Quiere volverse cuanto antes pero a la vez quiere saber, quiere decir lo que sus superiores quieren oír y, al mismo tiempo, no traicionarse a sí mismo.
Navarro ha dado con una buena historia y con buenos personajes. La ambienta magistralmente y la cuenta mejor. Novela breve, intensa, que resulta difícil dejar una vez empezada. Hay crimen, historias de amor (también raritas), creciente intriga y un trabajo excelente de ambientación y verosimilitud. El comisario Polo vive dos semanas de vértigo sumergido en el turbio Petit Paris de espías, abogados, matones, políticos, soplones y cabaretistas. Justo Navarro lo cuenta con maestría y elegancia, con un estilo sólido y denso muy adecuado para el ambiente que quiere mostrar, sin detalles desagradables.

Javier Cercas Rueda