PICNIC EN HANGING ROCK

A comienzos del siglo XX, para celebrar el día de San Valentín, en un selecto internado para señoritas de una localidad australiana organizan una excursión a Hanging Rock, una zona volcánica de gran belleza y peligro. Al regresar comprueban que faltan tres jóvenes y una profesora, y las buscan desesperadamente, sin encontrar rastro de ellas. La policía investiga el caso, que cada día se vuelve más misterioso, sobre todo cuando hallan a una de las chicas con una conmoción cerebral, incapaz de recordar nada de lo sucedido, y otras dos aparecen muertas. Pese al intenso trabajo de todos, nunca se llegó a saber lo ocurrido. El final queda abierto a diferentes hipótesis.
La escritora australiana (1896-1984) ejecuta con maestría la trama, basada en un hecho que nunca reveló si era real o pura ficción.Destaca el fantástico manejo de la intriga, que se mantiene hasta el final y se alimenta de datos sospechosos, sucesos enigmáticos y hechos sorprendentes que quedan sin resolver; un halo de misterio envuelve el relato, siempre con un ritmo narrativo excelente.Para acentuar la intriga se recurre también a la naturaleza y la geografía, presentadas de modo fascinante y sobrecogedor. Se trata de un libro de notable nivel literario y muy bien traducido, que recrea con detalle y acertadas descripciones el ambiente del internado y muestra unos personajes creíbles y bastante pintorescos. De alguna manera se pueden encontrar ciertos elementos precursores de la novela moderna. La obra, publicada en 1967, fue llevada al cine por Peter Weir y estrenada en 1976.

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