POLVO Y SOMBRA

Las novelas de Antonio Manzini (Roma, 1964) tienen su punto de inflexión en las peculiares características del subcomisario Rocco Schiavone, natural de Aosta, un tipo sagaz, curtido, impaciente y con un talante un tanto libertino; fuma porros y a la vez que habla con su mujer fallecida años atrás, pues en el fondo es un romántico, no tiene inconveniente en desfogarse con relaciones amorosas más o menos esporádicas.
Polvo y sombra arranca cuando en Aosta se encuentra el cadáver de una transexual. Sorprendentemente, la casa de la víctima está vacía y ninguno de los vecinos ha visto nada raro o quizá finjan no saber. Rocco comienza su trabajo con su característico estilo: conversaciones a pie de calle, en un café o en escondrijos, por sorpresa, con sus típicas trampas y ayudado por confidentes y amigos, moviéndose en atmósferas poco convencionales por la identidad de la víctima.
Se trata de una investigación mucho más compleja de lo normal, ya que se producen más asesinatos y no parece ser un simple ajuste de cuentas; en algún caso hay cierta conexión con el pasado, un pasado oscuro que incluye abusos sexuales en el seno familiar y la culpabilidad parece estar muy repartida entre diversos personajes e incluso camuflarse en altas esferas italianas como el servicio secreto.
La desconfianza, la intriga y el olor a traición invaden una narración a la que como siempre su autor imprime un ritmo ágil a base de chispeantes diálogos y del interés que suscita de principio a fin la actividad desarrollada por Rooco Schiavone. Una trama no lineal con muchos recovecos y giros narrativos. Manzini en estado puro. Reyes Cáceres Molinero.

Reyes Cáceres